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13 junio 2024

¿QUÉ ES LA ELECTROSENSIBILIDAD? Breve explicación a través del testimonio y reflexiones de María José Moya Villén

Jaula de Faraday casera, o cubículo, donde vive María José Moya desde 2015

El cuerpo humano es (electro)sensible a la contaminación electromagnética, lo que puede condicionar su salud. El motivo es que el organismo funciona por impulsos bioeléctricos (el corazón, los pulmones, el cerebro, la actividad celular…), y su capacidad de absorción y adaptación a la radiación externa no es ilimitada y rápida.

Padezco electrohipersensibilidad (EHS) desde junio de 2008. Se trata de una enfermedad física ocasionada por la contaminación electromagnética a la que el ser humano se viene viendo expuesto de forma cada vez más intensa, continua y generalizada desde hace menos de un siglo. Esta exposición provoca una excitabilidad neuronal que deriva en síntomas simultáneos y multisistémicos. La EHS presenta varios grados y es crónica.

Me llamo María José Moya. Recuerdo cómo debutó mi EHS con nitidez: hablaba por teléfono, y, de improviso, sentí que el cerebro me ardía (literalmente) justo en la zona donde tenía pegado el aparato. Era un fijo inalámbrico (un DECT) de una marca conocida.

Reaccioné con incredulidad. Pero el intenso ardor en aumento y su relación con el teléfono eran tan evidentes que tuve que colgar de inmediato, dejando a la persona con la que hablaba con la palabra en la boca, prácticamente.

En los días siguientes el episodio se repitió. Me sentí confundida (¿cómo era posible? ¿Sería transitorio? ¿Qué hacer? ¿No podría volver a usar el teléfono?).

En poco tiempo la situación empeoró, porque aumentaron el número de fuentes electromagnéticas que me dañaban y los síntomas (siendo uno de los peores la sensación de inflamación del cerebro). Además, observé que cuando empeoraba este problema, a continuación, se agravaban otros crónicos que ya padecía, como la sensibilidad química múltiple grave (de origen laboral), las migrañas y la intolerancia sensorial (a la luz, los sonidos, las vibraciones…).

Tras confirmar clínicamente que tenía EHS busqué información y estudios sobre la dolencia, serios e independientes, para poder abordarla correctamente. Los datos neutrales que encontré respaldaron mi incipiente experiencia: la radiación no ionizante artificial no es inocua; los niveles de exposición a esta, oficialmente considerados seguros, son demasiado laxos; y puede causar calentamiento celular (es decir, efectos térmicos, como ocurre con la radiación ionizante).

Sólo entonces fui consciente de que mi entorno había sido una bomba de relojería que aumentó mis probabilidades de padecer EHS, pues, aunque el detonante había sido mi teléfono DECT, la enfermedad probablemente se gestó en el tiempo por dormir con el aparato a corta distancia de mi cabeza (lo tenía en mi mesita de noche), y por las varias antenas de telefonía que se habían ido instalando cerca de mi vivienda y a su misma altura.

A partir de entonces, para que no empeore mi estado de salud, cada vez que un agente externo quiere implementar algo en mi entorno que puede generar contaminación electromagnética en mi vivienda me veo obligada a buscar la forma de solucionar, paliar o neutralizar el problema.

Pero resulta difícil hacer averiguaciones, porque no tengo capacidad física para ello, ni puedo estar frente al ordenador el tiempo necesario (por la propia EHS), y, además, es necesario tener conocimientos técnicos elevados para poder distinguir entre herramientas útiles e inútiles. Por tanto, me es complicado buscar, contrastar datos y seleccionar una alternativa (en función de la relación eficacia-precio, dado que no existen ayudas para adaptar la vivienda a esta discapacidad).

Por añadidura, puede ser arduo encontrar opciones, pues es un problema que está legalizado; no se ve; puede atravesar las paredes; aumenta cada segundo a nivel mundial; y, existe poca conciencia social sobre él, porque los medios de comunicación mayoritarios no lo divulgan.

¿Mis síntomas? O aparecen durante la exposición, o en diferido (dentro de las 48 horas siguientes). Y duran lo que el problema, o hasta varios días (menos algunos, que son crónicos. Como la fatiga invalidante, que apenas me permite escribir, leer o hablar un rato, excepto en algunas ocasiones, y a costa de empeorar mi salud después, por un tiempo indefinido).

¿Cómo me limita la EHS? Desde que surgió en mi vida me impide el tránsito por la calle, ir a mi centro de salud, trabajar y relacionarme. Incluso restringe mi libertad de movimientos en el hogar, entre otras situaciones. Por ejemplo, no puedo usar móvil, ni otros dispositivos inalámbricos (sólo un teléfono fijo, en manos libres); ni vestuario y ropa de hogar que genere electricidad estática. Y no puedo estar expuesta a luces directas o parpadeantes (o encendidas más allá de un pequeño rato, por lo que, de noche sólo me alumbro con dos linternas, que tengo adaptadas a mi EHS para poder tocarlas). Asimismo, mi ordenador y rúter están cableados (al igual que el ratón y el teclado), derivados a tierra, y con las funciones inalámbricas deshabilitadas. En cuanto a los artículos eléctricos, únicamente tengo los esenciales, y sólo los uso lo mínimo, durante su funcionamiento me mantengo alejada de ellos, y, tras utilizarlos los desenchufo (menos la nevera y la lavadora, porque no es posible).

A ello sumar que, desde 2015 tengo que vivir dentro de una jaula de Faraday casera construida dentro de mi vivienda, dado que no puedo proteger todo mi hogar de la contaminación electromagnética exterior, pues su adaptación sería demasiado costosa. Este cubículo mide unos 2x3 m; en él sólo cabe un tresillo, una mesita y poco más; y es donde duermo, como y paso prácticamente las 24 h/día. En esta jaula no hay espacio para ponerse de pie, andar, o sentarse de forma cómoda, lo que favorece la lumbalgia crónica y la fibromialgia que padezco por un accidente pasado, y la pérdida de masa muscular.

Tener EHS me ha llevado a situaciones realmente comprometidas. Como necesitar ir a Urgencias y no poder, porque las ambulancias y hospitales no limitan la contaminación electromagnética de su ambiente a lo imprescindible (en intensidad y superficie). Son auténticos enjambres de equipos médicos, ordenadores, cables, cableado de pared, teléfonos móviles…

También recuerdo cuando tuve que estar 11 días sin teléfono fijo ni Internet porque, tras caerse la línea no pude llamar a mi compañía para dar parte de la situación, ni para que me contactara un técnico, por no poder telefonear desde un móvil. Tuve que esperar a que llamara a mi puerta la persona que me compra la comida una vez por semana para explicarle la situación y preguntarle si podía tomarse las molestias de gestionar el problema por mí. En esos días (y noches) quedé completamente incomunicada. ¿Qué hubiera pasado si, durante ese tiempo hubiera necesitado ayuda urgente? (vivo sola).

En resumen, todas las áreas de mi vida, y mi día a día, se encuentran supeditados a la EHS, desde ese momento de 2008 en que sentí que una parte de mi cerebro se quemaba mientras usaba un teléfono fijo inalámbrico. A partir de entonces, cada vez que surge un problema electromagnético nuevo a mi alrededor me veo obligada a estudiar cómo evitar que entre en mi domicilio (una situación frecuente, dado que las fuentes emisoras no paran de crecer en número e intensidad). ¿Llegará el momento en que no pueda encontrar la manera de esquivar las más intensas, o que su solución esté fuera de mi alcance? Mis vivencias me indican que es una posibilidad real.

El avance de la tecnología es positivo, siempre que los elementos que la compongan, su instalación y su funcionamiento se planteen sobre la base de evitar cualquier perjuicio en la salud, no sólo a corto plazo, sino a medio y largo también. Me entristece ver que no hay interés en eliminar la contaminación electromagnética (o disminuirla y acotarla), no porque no existan soluciones para ello, sino porque el sistema actual es el que genera beneficios mayores y más rápidos para su industria.

Se debería aplicar el principio de precaución. La EHS visibiliza un problema (el de la contaminación electromagnética) que puede afectar a cualquier persona y ser vivo de diferentes formas, incluida esta.

En tal escenario, como persona con EHS, me vengo preguntando desde hace tiempo: ¿podré sobrevivir a la vorágine hipertecnológica que se ha desatado desde que empezó el siglo XXI? ¿Dado que, en la actualidad, ya no me es posible coexistir con ella, qué pasará conmigo según siga avanzando? ¿Soy sacrificable, en aras de esta forma de hacer tecnología?

María José Moya Villén
Responsable del Servicio de Información sobre Sensibilidad Química y Salud Ambiental (SISS)
Bibliotecaria-documentalista
Afectada de SQM, EHS, EM/SFC y FM graves y otras afecciones


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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos desde Colombia,mi nombre es Lorena Cortés y no fue hasta que lei tu articulo que entendi que no soy hipocondriaca ni exagerada...me pasa igual desde 2017 empece a sentir extremo agotamiento y dolor articular me diagnosticaron fibromialgia mi familia no creyo que estuviera enferma que tal vez solo estaba buscando una excusa para no conseguir trabajo ya que habia salido de la universidad y tras de dos años de frustracion por no poder ubicarme laboralmente entre en depresion luego note que no soportaba olores ni luces de hecho en este momento estoy usando el celular pero se que este esfuerzo lo pagare caro con dias y noches de cefalea mareo vomito nauseas y fatiga cronica y hoy en 2024 noto quelos sintomas siguen aumentabdo y apareciendo otros que no habia tenido hasta confinarme por completo en casa ,no tengo ayuda de nadie , mi mama ya esta por ser adulto mayor y mis hermanos no me creen que este enferma...es duro, te sientes olvidada ,incomprendida y vez la vida pasar por la ventana como si estuvieras muerta porque ya no vivo solo existo.

Rosario dijo...

Aunque no noto diferencia al apagar el móvil y router si que hay algo, que no sé qué es, una especie. de campo eléctrico que pasa por la cama donde duermo y hasta vibra...,a veces para y se atenúa, me afecta a la calidad del descanso y al ritmo cardíaco. La primera vez que lo noté coincidió con los contadores individuales de los radiadores de calefacción. El verano pasado durante unas 5 semanas desapareció por completo y fue cuando me di cuenta del dañó que me hace eso que no sé qué es.

SISS dijo...

Hola Lorena,

Siento mucho tu situación. Sólo aclarar un punto, porque por lo que he leído en tu exposición, no sé si conoces sus diferencias: una cosa es la SQM (que provoca síntomas ante la exposición a "olores"; y, una vez se inicia, ante otras cosas también) y otra la EHS (que provoca síntomas ante la exposición a campos electromagnéticos artificiales. Por ej. ante un teléfono móvil encendido).

Es una pena que tengamos que ser nosotr@s l@s que investiguemos qué nos ocurre, y qué tengamos que investigar cómo evitar empeorar y minimizar el número de crisis (brotes).

Sé que es difícil todo esto, y más, cuando se vive en países donde no se conoce la existencia de médicos formados en estos temas.

No obstante, es importante que te hicieran un DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL, para valorar qué padeces exactamente, y en qué grado. Al tener informe/s médico/s con el diagnóstico correcto, y su grado, se puede buscar en la dirección correcta qué hacer en el día a día para proteger la salud, y se puede informar al entorno aportándoles documentación objetiva junto al/los informe/s que se tengan.

Si en Colombia no hubiera médico/s que conozca la FM, la SQM, la EHS y la EM/SFC para poder hacer un diagnóstico diferencial correcto entre estas enfermedades, quizás puedas hacer al menos una consulta médica por videollamada con un/a profesional de fuera de tu país (enviándole previamente los informes y pruebas que tengas hasta ahora; y preparándote la entrevista con antelación apuntándote tu historia clínica y preguntas que necesitarías formularle para no olvidar nada a la hora de la cita online programada).

Por ejemplo, al menos hace unos años había un profesional en México que conocía bien la SQM (la EHS, no lo sé). Sus datos aparecen en el directorio médico que tenéis aquí, en mi espacio). Ignoro si en la actualidad estará jubilado o no.

También podrías entrar en mi grupo de Facebook (https://www.facebook.com/groups/sensibilidadquimicamultiple/) para preguntar si alguien conoce algún profesional en Colombia que conozca las dolencias que necesitarías que te analizaran. Este grupo es privado (para que sus miembros puedan hablar con cierta "intimidad"), gratuito, y, una vez que el aspirante a miembro solicita ser miembro le doy paso en cuanto confirmo que es un perfil real y no conflictivo.

Un cordial abrazo,

SISS dijo...

PARTE 1/2 (ROSARIO):

Hola Rosario,

Me alegro de leerte.

Aunque no se tenga EHS propiamente dicho, hay personas que empiezan a sensibilizarse a algunos de los problemas electromagnéticos presentes en su vivienda, o entorno. Otras, sin embargo, ya tienen EHS y no lo saben, o no son conscientes de ello. En ambos casos, no obstante, hay que tomar medidas para evitar que el problema de salud avance.

En base a lo que comentas y describes, parece que podrías ser sensible a los campos de BAJA frecuencia (cables eléctricos, etc.), aunque no a los de ALTA frecuencia (al menos no aún, o quizás no te hayas dado cuenta de ello).

En cualquier caso, como decía antes, cuando alguien se sensibiliza electromagnéticamente a ciertas cosas debe tomar precauciones a los CEM artificiales en general, para evitar que el problema vaya a más.

Centrándonos en el problema concreto que expones, se me ocurren varias reflexiones, e ideas para intentar eliminar los síntomas que describes:

1.- POSIBLES FUENTES DEL PROBLEMA:

Es frecuente que haya cables por la pared que toca el cabecero de la cama. Estos, radian. Quizás, esto no fuera un problema para ti en el pasado, pero puede que se haya desencadenado por el hecho de que, a ello se le haya sumado la colocación de contadores “inteligentes” de electricidad en tu vivienda/edificio (algo que, imagino que haya pasado, dado que su instalación se hizo obligatoria por ley hace unos años, al menos en la UE).

Estos contadores transmiten “electricidad sucia”, desde estos aparatos a adentro de las viviendas, a través del cableado eléctrico; lo que se suma al problema que ya de por sí tienen los cables eléctricos no-apantallados.

[nota: sobre lo que comentas de que “La primera vez que lo noté coincidió con los contadores individuales de los radiadores de calefacción”, personalmente, no encuentro una relación en base a lo que expones. Su lectura suele ser inalámbrica (excepto en unos pocos casos, que pueden ser manual). Por tanto, el sistema inalámbrico afectaría a toda la vivienda, y durante la temporada de encendido de la calefacción central, no sólo al cabecero de la cama, o al dormitorio].

2.- FORMAS DE BUSCAR EL ORIGEN DEL PROBLEMA:

- Puedes comprobar si el problema viene de los cables que pasan por el cabecero de tu cama con esta sencilla prueba: apaga el cuadro de luces de tu piso durante una noche, y observa al día siguiente si el problema y tus síntomas se solventaron (o mejoraron, al menos).

- Si con la prueba anterior sigues sin verlo claro, existen medidores de BF y/o AF (unos buenos, otros de calidad media, y otros malos). Sería interesante que compraras o alquilaras alguno para poder tener una idea de los problemas electromagnéticos que tenga tu vivienda, y dónde se encuentran, para poder darles solución.

- Otra opción sería que un profesional te hiciera una medición (es caro, pero, a veces no hay más opción que recurrir a uno. Sobre todo, porque a veces al querer solucionar algo podemos empeorar la situación al crear lo que se llama “efectos rebote”).

SISS dijo...

PARTE 2/2 (ROSARIO):

3.- SOLUCIONES POSIBLES:

- Si el origen de tu problema es el contador “inteligente” de tu vivienda, puedes poner un “filtro PLC” para contadores de electricidad “inteligentes” en el cuadro de luz de tu casa, que está a la entrada de esta. Así, la electricidad sucia que genere este contador quedará fuera de tu vivienda. No entrará a ella. Por tanto, neutralizarás el problema.

- Además de lo anterior, si pasaran cables por el cabecero de tu cama (es lo habitual), y no estuvieran 100 % apantallados (es lo habitual, también), deberías separar el cabecero de la pared (si puede ser, un metro).

- Una alternativa a separar el cabecero de la cama sería APANTALLAR LA PARED que da al cabecero. Puede hacerse de forma casera (siempre que se compruebe con un medidor, mientras se hace, que no se provoca con ello efectos rebote en la habitación), o profesional.

4.- CONSEJOS VARIOS

Otras actuaciones importantes a hacer en el dormitorio serían:

- No dejar encendido ni cargar nada en el dormitorio, mientras se duerme, y que
- El reloj-despertador sea de pilas y se ponga a cierta distancia de la cabeza de los durmientes.

Además, se debería cablear cualquier aparato, ordenador, teléfono, etc. de la casa; o, si hubiera algo inalámbrico, apagarlo una vez usado, especialmente durante la noche.

Anónimo dijo...

Lo siento mucho querida , yo tengo fibromialgia , pero en lo que si me sentido reflejada , es en que mi familia dice que ellos también están enfermos y que lo que no quería era trabajar , coticé 18 años hasta que me dieron la discapacidad y mis padres no me llaman nunca , para ver cómo estoy , en casa me dijeron que para estar así fuera , así que me tiraron porque querían chica 24 horas y me busqué una habitación y la familia no me llama nunca .

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