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21 mayo 2023

17º ANIVERSARIO DEL SISS (2006-2023). Dedicado a los excluidos por una sociedad cada vez más tiránica (química y electromagnéticamente)



Hay personas con sensibilidad química múltiple (SQM), electrosensibilidad (EHS), o ambas enfermedades que, desde hace años, no vivimos, sólo sobrevivimos. Lo motiva el estado de salud al que nos lleva el ambiente que circunda nuestras viviendas (cada vez más contaminado, química y electromagnéticamente); y la falta de conciencia y solidaridad social hacia nuestras dolencias (y el medio ambiente). A la par, nos vemos obligadas a vivir aisladas (en mi caso desde 2006) para no empeorar más; sin apoyo y compañía en esta travesía; y teniendo que realizar continuos y titánicos esfuerzos para intentar paliar, o solucionar, los frecuentes problemas ambientales que van surgiendo en nuestro entorno con capacidad para invadir el ambiente químico y electromagnético de nuestros domicilios, y perjudicar nuestra salud.

Los gobiernos, las administraciones y la sociedad son cada vez más excluyentes. Sobre todo, en la imposición del uso y abuso de la radiación no ionizante. Este punto es especialmente sangrante porque, de las sustancias químicas te puedes proteger algo aislándote en lo posible, y usando artículos saludables en tu vida diaria (aunque sea difícil encontrarlos y caros)); pero, ¿cómo aislarse de una radiación sintética que es continua, traspasa las paredes de tu vivienda, y no para de aumentar en cantidad y frecuencia?

Los gobiernos y compañías no sólo no ofrecen alternativas, sino que, además, o bien obligan de forma expresa a instalar tecnología inalámbrica (es el caso de los contadores energéticos y de agua, dentro de pocos años; y el de los bancos, que exigen que sus actividades bancarias se hagan por teléfono móvil únicamente, sin dar opción al cliente a que pueda realizarlas desde el ordenador exclusivamente); o bien penalizan, encarecen u ocultan la existencia de las opciones que no sean inalámbricas. No en vano, los gobiernos y la mayoría de medios de comunicación se encuentran manejados por los lobbies (en el caso que nos ocupa, por el lobby de las telecomunicaciones).

Así las cosas, cada vez se hace más larga la lista de problemas que surgen en el entorno de un afectado de SQM y/o EHS que debe resolver, porque, de no hacerlo, su salud se deterioraría aún más. Es agotador tener una salud tan precaria, y, a la vez, verse obligado a luchar (y muchos de nosotros solos) por mantener una calidad ambiental a nuestro alrededor lo más aceptable posible a nuestro estado de salud.

Cada vez más arrinconados, más excluidos, con menos opciones. Sobre todo los afectados por EHS, porque el lobby de las telecomunicaciones ha conseguido que la mayoría de los responsables políticos del planeta impongan un modelo único, sin alternativas; mientras la población mira a otro lado, apáticamente egoístamente, sin capacidad crítica ni de movilización para presionar en sentido contrario.

La población debería ser el motor de cambio de esta progresión ascendente, aunque sea para preservar el planeta, pues lo que promocionan los lobbies está suponiendo aumentar, de manera brutal, el consumo energético global en el planeta a causa de la implantación del Internet de las cosas, de la obligación de usar móviles para todo, etc. etc. Todo ello está acelerando la destrucción del medioambiente. Sin embargo, estas misma compañías luego tienen la indecencia de aparecer de adalides del medioambiente en patrocinios y anuncios en los medios de comunicación con el fin de lavar su imagen. A esto ya se le ha puesto nombre: greenwashing

¡Con qué cinismo se actúa por avaricia! ¡Qué surrealista todo!

Frente ello, sólo hay dos opciones mientras vemos pasar nuestra vida y la del planeta: o luchar, o no luchar, por lo justo y un mundo mejor.

No luchar no da ningún fruto. Así que, lo único que puede hacerse es seguir luchando (informados, y con inteligencia y sensatez), en la medida que se pueda, porque independientemente de que se gane o pierda una batalla (o incluso la guerra), al menos que no quede el sentimiento interno de que no se intentó.

En fin, a partir de hoy, se inicia el 18º aniversario de este espacio de divulgación y lucha, independiente, altruista y pionero en SQM, llamado SISS (antes, Mi Estrella de Mar). Su andadura la inicié un 21 de mayo de 2006.

El Servicio de Información sobre Sensibilidad Química Múltiple y Salud Ambiental (SISS) fue creado y es llevado desde entonces por María José Moya Villén. El espacio se dedica a la sensibilidad química múltiple (SQM), así como a sus comorbilidades y temas relacionados: la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica, la electrosensibilidad, las enfermedades ambientales, los tóxicos sintéticos cotidianos (químicos y electromagnéticos)…


ANIVERSARIOS ANTERIORES






- 6º ANIVERSARIO (2011-2012) [no pude hacerme eco por razones de salud].




- "10º ANIVERSARIO DEL SISS: una década al frente de los derechos de los afectados de sensibilidad química múltiple (2006-2016)" [resumen evolución del mundo en la última década, y del SISS desde sus inicios].






- 16º ANIVERSARIO (2021-2022) [no pude hacerme eco por razones de salud].


¿Ves interesante la labor de este espacio pionero
en SQM, comorbilidades y tóxicos?
La realiza, desde 2006, una afectada grave de SQM, EHS, EM/SFC, FM, migrañas, lumbalgia crónica, síndrome de Tietze, síndrome miofascial de la ATM y tinnitus, entre otras dolencias. Apoya su continuidad con un donativo (puntual o repetido) en ES06 2100 2550 4213 0031 9453 [CaixaBank] o en PayPal. También subscríbete a sus artículos pinchando aquí (es gratis) y difúndelos entre tus contactos, redes y grupos.

15 mayo 2023

El agua de lluvia de todo el planeta está contaminada por “sustancias químicas para siempre” por lo que no es segura para el consumo en ningún lugar del mundo




EL AGUA DE LLUVIA DE TODO EL PLANETA ESTÁ CONTAMINADA POR “SUSTANCIAS QUÍMICAS PARA SIEMPRE”

Incluso en lugares remotos, como la Antártida o la meseta del Tíbet, llueve agua contaminada por PFAS, un grupo de sustancias químicas tóxicas sintéticas comúnmente llamadas “sustancias químicas para siempre” debido a su persistencia en el medio ambiente, los animales y el cuerpo humano, a lo largo del tiempo. Contaminan el agua (superficial y subterránea), así como el suelo, y se propagan por la atmosfera. Su presencia es omnipresente. Un equipo de investigación europeo asegura que se ha superado su límite planetario.


Eva Rodríguez. SINC. 03/8/2022 / María José Moya Villén. SISS. 14/05/2023.

Existen una serie de contaminantes que el hombre ha producido en grandes cantidades, como los polifluoroalquilados y perfluoroalquilados (PFAS, por sus siglas en inglés, correspondiente a Per And Polyfluorinated Alkyl Substances). Estos agentes químicos son conocidos como sustancias químicas para siempre, sustancias químicas permanentes, químicos para siempre o químicos eternos, porque se acumulan a lo largo del tiempo en personas, animales y medio ambiente; y son extraordinariamente persistentes.

Se trata de un grupo de más de 4.700 agentes químicos sintéticos ampliamente utilizados en la industria y los productos de consumo de todo el mundo. Su uso se inició en la década de 1940. Se pueden encontrar, por ejemplo, en textiles, pinturas, envases de alimentos (como las cajas de pizza), utensilios de cocina con teflón como antiadherente, productos de limpieza, y espuma para combatir incendios.

Son peligrosos para la salud humana y los ecosistemas, porque su toxicidad es persistente; contaminan el suelo y el agua, se extienden por la atmósfera y pueden encontrarse en la lluvia y nieve de las regiones más recónditas del planeta. Además, el cuerpo humano los acumula cuando los absorbe a través de los alimentos o el agua.

Un estudio de 2022 señala que se ha superado el límite planetario de los niveles establecidos para proteger la salud humana.

"El conocimiento de los efectos en la salud humana de la exposición a los PFAS es desigual según el país o la región. En general, es bajo. Necesitamos que la gente tenga un nivel de concienciación similar al que muestra con la contaminación por plásticos", dice Ian Cousins, el autor principal de la investigación, cuyos resultados se han publicado en la revista Environmental Science & Technology con el título de Outside the Safe Operating Space of a New Planetary Boundary for Per- and Polyfluoroalkyl Substances (PFAS).

Cousin es profesor del departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Estocolmo (Suecia), y ha realizado el estudio junto a tres investigadores de mismo departamento y un científico de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH). El equipo de la Universidad de Estocolmo lleva realizando trabajos de laboratorio y de campo sobre la presencia y transporte de PFAS en la atmósfera durante la última década.


AGUA DE LLUVIA NO POTABLE

La presencia continuada de los PFAS se debe a que son muy persistentes; pero también a los procesos naturales que los devuelven continuamente a la atmósfera desde el medio ambiente.

"Según las últimas directrices estadounidenses sobre el PFOA en el agua potable, el agua de lluvia de todo el mundo se consideraría insegura para beber. Aunque en el mundo industrializado no solemos beber agua de lluvia, mucha gente del planeta confía en que sea segura para beber y abastece a muchas de nuestras fuentes de agua potable", señala el investigador.

Uno de los procesos naturales más importantes del ciclo de los PFAS es el del transporte del agua de mar al aire marino por medio de aerosoles. Esta es otra área de investigación activa para el equipo de la universidad sueca.


SUSTANCIAS QUÍMICAS PARA SIEMPRE

"Debido a la propagación mundial de los PFAS podremos hacer muy poco para reducir su contaminación. El límite planetario de los PFAS para proteger la salud humana se ha superado", afirma Martin Scheringer, coautor del estudio y científico del ETH suizo y de RECETOX, de la Universidad de Masaryk (República Checa).

Los PFAS son un nombre colectivo con el que se ha englobado a las sustancias altamente fluoradas que tienen una estructura química similar. Todos ellos son extremadamente persistentes en el medio ambiente o se descomponen en otros de este grupo extremadamente persistentes, de ahí les viene el apodo de “sustancias químicas para siempre” u otros similares.

Estos compuestos se han asociado a una amplia gama de daños graves para la salud, como alteraciones hepáticas, cáncer, enfermedad tiroidea, obesidad, problemas de aprendizaje y de comportamiento en niños, infertilidad, complicaciones en el embarazo, aumento del colesterol, y problemas en el sistema inmunitario.

"Los que viven cerca de los puntos calientes de contaminación son los más perjudicados, por supuesto, como es el caso de los que residen cerca de las fábricas o de las bases militares, o donde se utilizan espumas contra incendios. Allí, los alimentos y el agua están muy contaminados y quienes consumen productos locales están muy expuestos", enfatiza el investigador de la universidad sueca.

Jane Muncke, directora general de la Fundación del Foro de Envasado de Alimentos de Zúrich (Suiza), que no ha participado en el trabajo, señala: "No puede ser que unos pocos se beneficien económicamente, mientras contaminan el agua potable de otros millones de personas y provocan graves problemas de salud. Las enormes cantidades que costará reducir los PFAS en el agua potable a niveles seguros, según los conocimientos científicos actuales, deben ser pagadas por la industria que produce y utiliza estas sustancias químicas tóxicas. El momento de actuar es ahora".

Cousins también se muestra favorable a esta idea, pero es consciente de que la legislación actual no lo hace posible: "el principio de 'quien contamina paga' significa que los responsables son los usuarios de las sustancias químicas, no el fabricante. Por ejemplo, en el caso de la contaminación por PFAS de las espumas contra incendios, los responsables suelen ser los departamentos de defensa y, en última instancia, quien paga es el contribuyente", concluye.


Fuentes consultadas por el SISS para la confección del artículo:



- European Chemicals Agency. Sustancias químicas perfluoralquiladas (PFAS). ECHA.

- Agencia Europea de Medio Ambiente. ¿Qué son las PFAS y por qué son perjudiciales para mi salud? AEMA.

- Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Información básica sobre PFAS. EPA.

- Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades. ¿Qué son las PFAS? ATSDR.


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