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25 septiembre 2022

TRABAJADORES CON SQM.- Directrices sobre salud laboral, bajas e incapacidad laboral del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de España (INSST) -MUY IMPORTANTE-






SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE (SQM)

2.3.4.2. Sensibilidad química múltiple o Intolerancia Ambiental Idiopática [1]

La Sensibilidad Química Múltiple (SQM) es la denominación más utilizada para describir un síndrome complejo que se presenta como un conjunto de síntomas vinculados con una amplia variedad de agentes y componentes que se encuentran en el medio ambiente, presentándose dichas reacciones con una exposición a niveles comúnmente tolerados por la mayoría de las personas.

Los estudios científicos disponibles describen una diversidad de factores que pueden originar la SQM (desde variables inmunológicas, factores psicológicos, hasta alteraciones en el metabolismo de xenobióticos, etc.), sin que hasta el momento se conozcan sus bases fisiopatológicas.

Del mismo modo, los síntomas manifestados por las personas afectadas son crónicos, diversos e implican a múltiples sistemas y órganos. Aunque los síntomas neurológicos no específicos son comunes, en general no existe un perfil característico que identifique a la SQM.

La mitad de las personas afectadas declaran sufrir dolores de cabeza, problemas de memoria, falta de energía y debilidad, congestión nasal, dolor o compresión en la garganta y molestias en las articulaciones con mayor frecuencia que la población en general.

Los principales síntomas son [2]:

  • Sistema nervioso central. Dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad, pérdida de memoria y capacidad de concentración, disfunciones cognitivas, insomnio, cambios de humor, depresión y ansiedad.
  • Sistema musculoesquelético. Entumecimiento, debilidad, dolor muscular, tensión muscular, falta de coordinación, dolor articular.
  • Sistema respiratorio. Dificultad respiratoria, tos, ronquera, otitis recurrente, rinitis, afonía.
  • Sistema cardiovascular. Dolor pectoral, palpitaciones, ritmo irregular, taquicardia, hipertensión.
  • Sistema gastrointestinal. Espasmo esofágico, náuseas, vómito, diarrea recurrente, estreñimiento, cambios de apetito, anorexia.
  • Piel y mucosas, ojos. Irritación, prurito, eczema, irritación cutánea, hinchazón facial, dolor de garganta, irritación y dolor ocular.

La aparición, cada vez más frecuente, de casos relacionados con la SQM afecta de manera directa al ámbito de la salud laboral y de la política preventiva.

En el ámbito de la Medicina del Trabajo, los trabajadores afectados por el síndrome de sensibilidad química múltiple, deben ser considerados como trabajadores especialmente sensibles y, en cumplimiento del artículo 25 de la LPRL, se debe reforzar la aplicación de los principios de la acción preventiva descritos en los lugares de trabajo, evitando en lo posible la exposición a los agentes desencadenantes. Esto mejora los síntomas, disminuye el número de crisis y evita la aparición de nuevas intolerancias. Tomar esta medida es complejo en la mayor parte de las ocasiones dado el amplio uso de químicos en todos los entornos y en el entorno laboral esta complejidad se multiplica, pudiendo generar el desarrollo de comportamientos evitativos en la persona afectada.

En la evaluación de los riesgos laborales se tendrá en cuenta que la persona afectada de SQM puede desarrollar síntomas al exponerse a niveles en los que el químico está muy por debajo de los rangos establecidos como Límites de Exposición Profesional para Agentes Químicos. Además, exposiciones que no son consideradas como riesgos profesionales pueden desencadenar sintomatología, como perfumes, fragancias, productos de limpieza, papel impreso, obras o mobiliario nuevo en el ambiente de trabajo, entre otros.

El personal médico del trabajo del Servicio de Prevención de riesgos laborales de la empresa debe valorar la situación clínica del trabajador y, salvaguardando en todo momento el carácter confidencial de los datos referentes a su salud, estudiar en coordinación con su equipo sanitario y el personal técnico de PRL, los riesgos a que está expuesto, con el fin de determinar la aptitud laboral y recomendar las medidas preventivas que deben ser tomadas para cada caso en particular.

Como para cualquier persona trabajadora especialmente sensible, la adaptación del medio laboral a la persona con SQM debe realizarse de forma individualizada, respetuosa e integradora, valorando cada caso de forma independiente. Las propuestas podrán ir desde medidas para mejorar la calidad del aire en la empresa (política de empresa libre de fragancias, cambio de uso de productos de limpieza, ventilación o reubicación de despacho...), hasta proponer cambio de puesto de trabajo a la persona afectada, o valorar la necesidad de una incapacidad laboral temporal en fases sintomáticas de agudización, o permanente, dependiendo de la gravedad de los síntomas y su profesión.

En prevención primaria, conocer en más profundidad la SQM resulta fundamental pues puede tener como efecto colateral una mejora de las condiciones medioambientales de la población general.

En cuanto a la prevención secundaria, la detección precoz en los circuitos de atención primaria y servicios de riesgo laboral, puede ser una buena medida para evitar la amplificación y cronificación del mecanismo de sensibilidad junto con la evitación de la exposición y reexposición a los agentes desencadenantes.

Como ya se ha señalado, corresponde a los servicios sanitarios de los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales y Medicina del Trabajo, valorar las adaptaciones o el cambio de puesto de trabajo, considerando a las personas afectadas de SQM como trabajadores y trabajadoras sensibles.

Conviene hacer hincapié en que el sufrimiento de algunas de las personas afectadas puede llegar a ser importante como consecuencia de los padecimientos físicos de la enfermedad y de las limitaciones de vida a que frecuentemente se ven sometidas, al reducir drásticamente su capacidad laboral y su autonomía personal por la necesidad de evitar aquellos entornos que, por propia experiencia, han comprobado que les causan reacciones indeseadas o adversas.”

Fuente: INSST. Enciclopedia práctica de Medicina del Trabajo. Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo: Madrid, 2018. Págs. 239-241 (pdf).



NOTAS DEL SISS (MARÍA JOSÉ MOYA)

Este texto del INSST sobre SQM es magnífico y de gran utilidad para entregar a médicos, abogados, sindicatos, empresas, jueces… Incluso a familiares y vecinos de afectados. Sólo le haré dos apuntes, uno para facilitar al lector su ubicación en la publicación en pdf, y otro para disentir sobre algunos síntomas que nombra como propios de la SQM:

[1] Ubicación:
Volumen II. Medicina del Trabajo > Cuaderno nº 1. Alergología laboral: las enfermedades alérgicas en Medicina del Trabajo > 2. Alergología laboral > 2.3. La prevención del daño. el cuidado, control y seguimiento del trabajador con enfermedades alérgicas > 2.3.4. El Médico del Trabajo en Vigilancia Preventiva de otras alergias laborales: Síndrome del edificio enfermo y Sensibilidad química múltiple > 2.3.4.1. Síndrome del Edificio Enfermo” (SEE) [pág. 237] / 2.3.4.2. Sensibilidad química múltiple o Intolerancia Ambiental Idiopática [pág. 239].

[2] Síntomas:
La depresión, la ansiedad, los cambios en el apetito y la anorexia no son síntomas de la SQM.
  • Depresión y ansiedad: son consecuencia de la SQM, y no en todos los pacientes. Esto también pasa en toda enfermedad crónica y limitante cuando el afectado no logra adaptarse a ella, por el impacto que tiene en su vida diaria.
  • Cambios de apetito: no son parte de la SQM. Las ingestas no son arbitrarias en el afectado. Depende del número de intolerancias alimentarias que padezca, sus problemas gastrointestinales (suelen afectar a la microbiota, etc.), su salud diaria (como en cualquier enfermedad, no se tiene el mismo apetito cuando el organismo no está estable), su grado de fatiga crónica cotidiana (a veces, obstaculiza hasta poder cocinar), y la cantidad de crisis de SQM que sufra (pues suelen aumentar las intolerancias alimentarias, transitoriamente). Todo ello es fruto de la SQM.
  • Anorexia: no forma parte de la SQM. Mientras que los desencadenantes de la anorexia son de orden psicológico (salud mental), los de la SQM son de orden químico. Es habitual que los profesionales sanitarios confundan la delgadez que suelen presentar parte de las personas que tienen SQM con un trastorno alimentario, porque desconocen que la SQM provoca lo que he explicado en el punto “Cambios de apetito”. Si durante el proceso de diagnóstico de una SQM, se detectara que la persona también presenta anorexia, serían dos diagnósticos distintos. Padecer SQM no excluye que se puedan padecer otras patologías (diabetes, cáncer...).