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16 diciembre 2018

RADIACIÓN ARTIFICIAL Y SALUD.- "La contaminación electromagnética planetaria: es hora de evaluar su impacto" (The Lancet Planetary Health. 2018. Peer-reviewed)

The Lancet Planetary Health, vol. 2, n. 12, 1 dic. 2018

LA CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA PLANETARIA: ES HORA DE EVALUAR SU IMPACTO
[Título original: Planetary electromagnetic pollution: it is time to assess its impact]

TRADUCCIÓN DEL INGLÉS Y CORCHETES: María José Moya Villén

A medida que la Planetary Health Alliance [a] avanza después de una productiva segunda reunión anual, ahora sería acertado un debate sobre la rápida proliferación mundial de los campos electromagnéticos artificiales. El más notable, es el manto de radiación electromagnética de radiofrecuencia, en gran parte radiación de microondas generada por las comunicaciones inalámbricas y las tecnologías de vigilancia, ya que la creciente evidencia científica sugiere que la exposición prolongada a la radiación electromagnética de radiofrecuencia tiene graves efectos biológicos y para la salud. Sin embargo, en la mayoría de los países las regulaciones de exposición de la población continúan basándose en las directrices de la International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection -1- [b] y del Institute of Electrical and Electronics Engineers -2-, que se establecieron en la década de 1990 sobre la creencia de que solo los efectos térmicos agudos son peligrosos. Ahora se ha comprobado que la prevención del calentamiento de los tejidos usando radiación electromagnética de radiofrecuencia es ineficaz para prevenir las interferencias bioquímicas y fisiológicas. Por ejemplo, se ha demostrado que la exposición no térmica aguda altera el metabolismo del cerebro humano según los científicos de los NIH [d] -3-; la actividad eléctrica en el cerebro -4-; y las respuestas inmunitarias sistémicas -5-. La exposición crónica se ha asociado con un aumento del estrés oxidativo y daño del ADN -6,7- y con riesgo de cáncer -8-. Los estudios de laboratorio, incluidos los grandes estudios en roedores realizados por el National Toxicology Program de los EE. UU. -9- y el Ramazzini Institute de Italia -10-, confirman estos efectos biológicos y en la salud in vivo. A medida que abordamos las amenazas a la salud humana por las condiciones ambientales cambiantes debido a la actividad humana -11-, debe incluirse en esta discusión la creciente exposición a la radiación electromagnética artificial.

Debido al aumento exponencial del uso de dispositivos de comunicación personal inalámbricos (por ejemplo, teléfonos móviles o inalámbricos y dispositivos con WiFi o Bluetooth) y la infraestructura que los facilita, los niveles de exposición a la radiación electromagnética de radiofrecuencia alrededor de la banda de frecuencia de 1 GHz, que es el utilizado principalmente para las comunicaciones inalámbricas modernas, se ha incrementado respecto a los niveles naturales extremadamente bajos en aproximadamente 10 veces -18- (gráfico). Además la radiación electromagnética de radiofrecuencia se usa para radares, escáneres de seguridad, contadores inteligentes y equipos médicos (IRM [imagen por resonancia magnética], diatermia y ablación por radiofrecuencia). Es plausiblemente la exposición ambiental antropogénica de mayor crecimiento desde mediados del siglo XX, y los niveles aumentarán considerablemente de nuevo, a medida que tecnologías como el Internet de las cosas y el 5G añadan millones de transmisores de radiofrecuencia más a nuestro alrededor.

Gráfico.- Exposición diaria máxima habitual correspondiente a la radiación electromagnética de radiofrecuencia procedente de las densidades de flujo de energía natural y artificial, en comparación con las directrices de seguridad de la International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection -1-. Se ilustran los niveles de radiación electromagnética de radiofrecuencia antropogénica para diferentes períodos de la evolución de las tecnologías de comunicación inalámbrica. Estos niveles de exposición los sufre a diario, frecuentemente, la gente que usa varios dispositivos inalámbricos. Los niveles son inmediatos y no promediados en períodos de 6 minutos, como especifica la International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection, por motivos térmicos. Gráfico de Philips y Lamburn -12- modificado con su permiso. Los niveles naturales de radiación electromagnética de radiofrecuencia están basados en el informe de revisión de la NASA CR-166661 -13-.

La exposición humana, sin precedentes, a la radiación electromagnética de radiofrecuencia desde la concepción hasta la muerte se viene produciendo en las últimas dos décadas. La evidencia de sus efectos en el SNC [sistema nervioso central], incluido el desarrollo neurológico alterado -14- y el incremento del riesgo de algunas enfermedades neurodegenerativas -15-, es una preocupación importante considerando el aumento constante de su incidencia. Existe evidencia de una asociación entre los trastornos del desarrollo neurológico o del comportamiento en niños y la exposición a dispositivos inalámbricos -14-; y la evidencia experimental, como el hallazgo de Yale, muestra que la exposición prenatal podría causar cambios estructurales y funcionales en el cerebro asociados con un comportamiento similar al TDAH -16- [trastorno de déficit de atención con hiperactividad (ADHD - attention deficit hyperactivity disorder)]. Estos hallazgos merecen atención urgente.

En la Oceania Radiofrequency Scientific Advisory Association [g], una organización científica independiente, científicos voluntarios han construido la base de datos en línea categorizada más grande del mundo de estudios revisados por pares sobre la radiación electromagnética de radiofrecuencia y otros campos electromagnéticos artificiales de frecuencias más bajas. Una evaluación reciente de 2266 estudios (incluidos estudios in vitro e in vivo en sistemas experimentales con humanos, animales y plantas y estudios de población) encontró que la mayoría de ellos (n=1546, 68·2%) han demostrado efectos biológicos o en la salud significativos asociados con la exposición a campos electromagnéticos antropogénicos. Nuestros datos preliminares publicados sobre la radiación electromagnética de radiofrecuencia muestran que el 89% (216 de 242) de los estudios experimentales que investigaron los parámetros del estrés oxidativo indicaron efectos significativos -7-. Este peso de la evidencia científica refuta la afirmación prominente de que el despliegue de las tecnologías inalámbricas no plantea riesgos para la salud en los niveles de exposición a radiofrecuencias no térmicas actualmente permitidos. En su lugar, la evidencia respalda a la International EMF Scientist Appeal firmada por 244 científicos de 41 países que han publicado sobre el tema en publicaciones revisadas por pares y solicitaron colectivamente a la OMS y a la ONU medidas inmediatas para reducir la exposición de la población a los campos electromagnéticos y a la radiación artificiales.

Además existe evidencia de los efectos de la radiación electromagnética de radiofrecuencia en la flora y la fauna. Por ejemplo, la reducción global de las abejas y de otros insectos reportada está plausiblemente relacionada con el incremento de la radiación electromagnética de radiofrecuencia en el medio ambiente -17-. Las abejas se encuentran entre las especies que utilizan la magnetorrecepción, que es sensible a los campos electromagnéticos antropogénicos, para la navegación.

Los campos electromagnéticos artificiales van desde un rango de frecuencia extremadamente baja (asociada con el suministro de electricidad y los aparatos eléctricos) hasta una frecuencia baja, media, alta y extremadamente alta (principalmente asociada con la comunicación inalámbrica). Los efectos potenciales de estos campos electromagnéticos antropogénicos en los campos electromagnéticos naturales, como la resonancia Schumann que controla el tiempo y el clima, no se han estudiado adecuadamente. De manera similar, no comprendemos adecuadamente los efectos de la radiación electromagnética por radiofrecuencias antropogénicas en otros componentes atmosféricos naturales y artificiales o en la ionosfera. Se ha afirmado extensamente que la radiación electromagnética de radiofrecuencia, al ser una radiación no ionizante, no posee suficiente energía fotónica para causar daño en el ADN. Esto se ha demostrado ahora empíricamente falso -18,19-. La radiación electromagnética por radiofrecuencia causa daños en el ADN aparentemente a través del estrés oxidativo -7-, similar al de la radiación casi UV [ultravioleta], que durante mucho tiempo también se consideró inofensiva.

En un momento en que los científicos de la salud ambiental abordan problemas globales graves como el cambio climático y los tóxicos químicos en la salud pública, hay una necesidad urgente de abordar el llamado electrosmog. Un abordaje sincero basado en la evidencia, para la evaluación de los riesgos y la regulación de los campos electromagnéticos antropogénicos, ayudará a la salud de todos nosotros, así como a la de nuestro hogar planetario. Algunas autoridades sanitarias gubernamentales han tomado medidas recientemente para reducir la exposición de la población a la radiación electromagnética de radiofrecuencia al regular el uso de los dispositivos inalámbricos por los niños y recomendar el uso preferente de dispositivos de comunicación por cable en general, sin embargo esto debería ser un esfuerzo internacional coordinado.


Priyanka Bandara, David O. Carpenter
Oceania Radiofrequency Scientific Advisory Association, Scarborough, QLD 4020, Australia (PB); e Institute for Health and the Environment, University at Albany, Rensselaer, NY, EE. UU. (DOC)
pri.bandara@orsaa.org

Declaramos no tener conflicto de intereses. Agradecemos a Alasdair Philips su ayuda con el gráfico, y a Victor Leach y Steve Weller su ayuda con la ORSAA Database [base de datos ORSAA], que ha posibilitado nuestra visión de conjunto de la evidencia científica en esta área de la investigación.

[Para el texto en inglés:] Copyright © El (los) autor(es). Publicado por Elsevier. Este es un artículo de acceso abierto bajo la licencia CC BY-NC-ND 4.0.


REFERENCIAS

1. International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection. ICNIRP guidelines for limiting exposure to time-varying electric, magnetic, and electromagnetic fields (up to 300 GHz). Health Phys. 1998; 74: 494–522.

2. Institute of Electrical and Electronics Engineers. IEEE C95.7-2014—IEEE recommended practice for radio frequency safety programs, 3 kHz to 300 GHz. IEEE Standards Association, 2014. https://standards.ieee.org/standard/C95_7-2014.html (accessed Nov 6, 2018).

3. Volkow ND, Tomasi D, Wang GJ, et al. Effects of cell phone radiofrequency signal exposure on brain glucose metabolism. JAMA. 2011; 305: 808–13.

4. Schmid MR, Loughran SP, Regel SJ, et al. Sleep EEG alterations: effects of different pulse-modulated radio frequency electromagnetic fields. J Sleep Res. 2012; 21: 50–58.

5. Kimata H. Microwave radiation from cellular phones increases allergen-specific IgE production. Allergy 2005; 60: 838–839.

6. Zothansiama, Zosangzuali M, Lalramdinpuii M, Jagetia GC. Impact of radiofrequency radiation on DNA damage and antioxidants in peripheral blood lymphocytes of humans residing in the vicinity of mobile phone base stations. Electromagn Biol Med. 2017; 36: 295–305.

7. Bandara P, Weller S. Biological effects of low-intensity radiofrequency electromagnetic radiation—time for a paradigm shift in regulation of public exposure. Radiat Protect Australas. 2017; 34: 2–6.

8. Carlberg M, Hardell L. Evaluation of mobile phone and cordless phone use and glioma risk using the bradford hill viewpoints from 1965 on association or causation. Biomed Res Int. 2017; 2017: 9218486.

9. Cell phone radio frequency radiation. National Toxicology Program, US Department of Health and Human Services, 2018. https://ntp.niehs.nih.gov/results/areas/cellphones/index.html (accessed Nov 8, 2018).

10. Falcioni L, Bua L, Tibaldi E, et al. Report of final results regarding brain and heart tumors in Sprague-Dawley rats exposed from prenatal life until natural death to mobile phone radiofrequency field representative of a 1.8GHz GSM base station environmental emission. Environ Res. 2018; 165: 496–503.

11. Myers SS. Planetary health: protecting human health on a rapidly changing planet. Lancet. 2018; 390: 2860–2868.

12. Philips A, Lamburn G. Natural and human-activity-generated electromagnetic fields on Earth. Childhood Cancer. 2012 (London; April 24–26, 2012).

13. Raines JK. NASA-CR-166661. Electromagnetic field interactions with the human body: observed effects and theories. NASA Technical Reports Server, 1981. https://ntrs.nasa.gov/archive/nasa/casi.ntrs.nasa.gov/19810017132.pdf (accessed Oct 10, 2018).

14. Divan HA, Kheifets L, Obel C, Olsen J. Prenatal and postnatal exposure to cell phone use and behavioral problems in children. Epidemiology. 2008; 19: 523–529.

15. Zhang X, Huang WJ, Chen WW. Microwaves and Alzheimer’s disease. Exp Ther Med. 2016; 12: 1969–1972.

16. Aldad TS, Gan G, Gao XB, Taylor HS. Fetal radiofrequency radiation exposure from 800–1900 mhz-rated cellular telephones affects neurodevelopment and behavior in mice. Sci Rep. 2012; 2: 312.

17. Taye RR, Deka MK, Rahman A, Bathari M. Effect of electromagnetic radiation of cell phone tower on foraging behaviour of Asiatic honey bee, Apis cerana F. (Hymenoptera: Apidae). J Entomol Zool Stud. 2017; 5: 1527–1529.

18. Smith-Roe SL, Wyde ME, Stout MD, et al. Evaluation of the genotoxicity of cell phone radiofrequency radiation in male and female rats and mice following subchronic exposure. Environmental Mutagenesis and Genomics Society Annual Conference; Raleigh, NC, USA; Sept 9–13, 2017.

19. Ruediger HW. Genotoxic effects of radiofrequency electromagnetic fields. Pathophysiology. 2009; 16: 89–102.


NOTAS DEL SERVICIO DE INFORMACIÓN SOBRE SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE (SISS)

[a] Planetary Health Alliance: Alianza de Salud Planetaria.

[b] International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection (ICNIRP): Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante (también traducida como Comisión Internacional de Protección contra la Radiación no Ionizante, Comisión Internacional para la Protección contra las Radiaciones no Ionizantes, o Comisión Internacional para la Protección de Radiaciones no Ionizantes).

[c] Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE): Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (también traducido como Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos).

[d] National Institutes of Health (NIH): Institutos Nacionales de la Salud

[e] US National Toxicology Program (NTP) Programa Nacional de Toxicología de los EE. UU.

[f] Ramazzini Institute: Istituto Ramazzini / Instituto Ramazzini.

[g] Oceania Radiofrequency Scientific Advisory Association (ORSAA).


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22 noviembre 2018

SQM Y CIE.- La sensibilidad química múltiple en la clasificación internacional de enfermedades de España: preguntas frecuentes

Ministerio de Saniddad de España
1. ¿UN PAÍS PUEDE INCORPORAR UNA DOLENCIA A SU CLASIFICACIÓN DE ENFERMEDADES ANTES DE QUE ESTA SEA CLASIFICADA A NIVEL INTERNACIONAL POR LA OMS?

Sí. Lo prueba que con la sensibilidad química múltiple (SQM) lo hayan hecho Alemania (2000), Austria (2001), Japón (2009), Suiza (2010), Dinamarca (2012), España (2014) y Finlandia (2014), hasta el momento.

Así se explicó en la nota de prensa de 2014 que dio a conocer la inclusión de la SQM en la clasificación de España, y que tuvo tan amplia repercusión dentro y fuera del país:
“España ha reconocido oficialmente la sensibilidad química múltiple (SQM) al incorporarla a su Clasificación Internacional de Enfermedades o CIE (el sistema con el que la Sanidad clasifica y codifica sus diagnósticos). Esta es la fórmula autorizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que un gobierno —bajo ciertas pautas— pueda oficializar las dolencias de sus ciudadanos que ella aún no ha catalogado a nivel internacional.”
2. ¿QUIÉNES INICIARON, GESTIONARON Y CULMINARON EL PROCESO DE LA CLASIFICACIÓN DE LA SQM EN ESPAÑA?

“La propuesta fue presentada por María del Carmen Quintanilla [diputada del Partido Popular y miembro de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados], tras una petición realizada por Carlos de Prada (presidente del Fodesam y premio Global 500 de la ONU), con la colaboración del SISS [María José Moya, responsable del Servicio de Información sobre Sensibilidad Química Múltiple y Salud Ambiental -SISS-, documentalista y afectada grave de SQM].” (fuente: nota de prensa de 2016).

Su trabajo en equipo se mantuvo hasta la completa resolución del proceso, y el afianzamiento de la clasificación de cara al futuro.

3. ¿CÓMO SE INICIÓ OFICIALMENTE ESTE PROCESO?

“A través de una Proposición no de Ley (PNL) para 'la inclusión' de la SQM en la CIE de España” (fuente: nota de prensa de 2016).

4. ¿CUÁNDO SE INICIÓ ESTE PROCESO?

“En abril de 2013” (fuente: nota de prensa de 2016).

5. ¿CÓMO FUE EL RECORRIDO DE ESTE PROCESO?

Complejo e intenso. La razón fue la gran cantidad de continuos e inusuales imprevistos que los tres profesionales tuvieron que ir resolviendo sobre la marcha. Puede leerse una versión breve de este transcurso en la nota de prensa que publicaron en 2016 (apartado “Cronología de un proceso complejo”), o la información completa aquí (en vídeo y en pdf).

6. ¿QUÉ ORGANISMO HIZO EFECTIVA LA INCLUSIÓN DE LA SQM EN LA CLASIFICACIÓN DE ESPAÑA?

El Ministerio de Sanidad. Los Ministerios de Salud son los que determinan cómo clasificar un problema de salud en su país cuando la Organización Mundial de la Salud no lo ha hecho aún a nivel internacional -1-, y el estado lo requiere.

-1- Cuando la OMS dota a una dolencia de un código, este se aplica a nivel internacional, es decir por todos los países.

7. ¿PORQUÉ UN PAÍS CLASIFICA, A VECES, UNA ENFERMEDAD EN SU TERRITORIO EN VEZ DE ESPERAR A QUE LO HAGA LA OMS A NIVEL INTERNACIONAL?

Para dar un marco de protección y visibilidad oficial a los enfermos de esta dolencia que vivan en su territorio. Así se expuso en la nota de prensa de 2014 mencionada antes:
"Si algo representa la inclusión de la SQM en la CIE, es lo más elemental para un enfermo: que se reconoce su existencia sanitario-legal. Porque lo que no aparece en la CIE queda en un ‘limbo’ administrativo, que para los pacientes de SQM implica ‘una situación de completa indefensión —como admite la iniciativa [de la proposición no de ley] en su exposición de motivos—, puesto que más allá de sufrir sus dolorosos efectos, no pueden recibir por parte de los sistemas públicos de salud la atención que merecen’.".
8. ¿QUÉ QUIERE DECIR QUE UN PAÍS HA “CLASIFICADO” UNA ENFERMEDAD?

Significa que le ha asignado un código de su clasificación internacional de enfermedades -2- a la dolencia, y que por tanto la incorpora al listado de problemas de salud de su sistema sanitario.

-2- La clasificación internacional de enfermedades de un país es una modificación clínica de la clasificación de la OMS. Por tanto, aunque conserva la misma estructura y contenidos de la de esta entidad de la ONU (un listado de códigos estructurados de forma jerárquica para clasificar los problemas de salud en categorías), contiene especificidades introducidas por el estado para adecuarla a sus necesidades.

9. ¿CÓMO REPERCUTE LA CLASIFICACIÓN DE UNA DOLENCIA EN SUS ENFERMOS?

De dos maneras: de forma directa (automáticamente) y de forma indirecta (porque abre la puerta a que, de forma individual o como colectivo, puedan demandar sus derechos de forma satisfactoria). Ligar una dolencia a un código de la clasificación internacional de enfermedades de un país no es una cuestión teórica, ni baladí. Tiene consecuencias reales. Las vemos a continuación.

CONSECUENCIAS AUTOMÁTICAS

La codificación asegura a la enfermedad:
  • Una existencia oficial (si un país incorpora una dolencia a su clasificación es porque admite, como mínimo, su existencia);
  • Su reconocimiento como enfermedad;
  • Su ubicación (clasificación) en una categoría de salud, que es algo que tiene un significado concreto (en el caso de la SQM, que es una dolencia orgánica);
  • Su reconocimiento sanitario-legal;
  • Su inclusión en el sistema sanitario del país;
  • Su visibilidad de cara a las administraciones; y
  • Una protección sanitaria y legal para sus enfermos (porque los códigos de la clasificación del país conforman la base de datos de problemas de salud que deben utilizar los organismos, investigadores y profesionales de la sanidad a diario, tanto para realizar diagnósticos, informes, bajas laborales, ingresos y altas hospitalarias, estadísticas, etc.; como para crear políticas sanitarias y protocolos, entre otras herramientas sanitarias de interés).
CONSECUENCIAS INDIRECTAS

La codificación, además asegura a la enfermedad:
  • Un marco oficial estatal (imposible de conseguir de otro modo), que permite a sus enfermos y valedores la demanda de derechos básicos, con probabilidades de éxito, para poder salir del trato desigual sufrido hasta entonces con respecto a otras enfermedades -3-.
  • Un contexto propicio estable, que ofrece una seguridad y estabilidad a los enfermos para que puedan informar, reclamar, defenderse, etc., en diversos frentes: legal, sanitario, social, vecinal, mediático…
-3- En el caso de la SQM en España, no es casual que desde su incorporación a la clasificación internacional de enfermedades del país, en 2014, haya sido posible una explosión de variadas iniciativas no vistas hasta ese momento, y en múltiples sectores (administrativo, político, médico, farmacéutico, científico…). Algunas de ellas se expusieron en el apartado “Primeros resultados positivos” de la nota de prensa de 2016. Otras más recientes han sido la creación de mejoras para las bajas por SQM de los funcionarios de la Comunidad de Madrid (2017) y la creación de los primeros protocolos sanitarios para la SQM en España (2017-2018).

10. ¿LA CLASIFICACIÓN DE LA SQM TIENE ALGUNA CONSECUENCIA INDESEADA?

Sí, de algún modo. Pero no por la inclusión de la SQM en la clasificación de España en sí. El motivo es la bien conocida estrategia del sector industrial cuando surge un problema de salud que lo señala directamente, y que recrudece cada vez que se produce un avance para sus afectados, como en el caso que nos ocupa.

Ejemplos probados de este proceder de las industrias los tenemos con el tabaco, el amianto (también llamado asbesto o uralita), la talidomida, el plástico, el azúcar, el formaldehído, los disruptores endocrinos (como el bisfenol A), los productos perfumados, el mercurio en el pescado, el agua potable contaminada [1,2], el cambio climático,[1,2],  o el glifosato.

Su estrategia es similar en todos los casos, e imita a la de los trileros: mientras con una mano siguen dando cobertura al objeto de la controversia y ocultan la información sensible, con la otra desvían el foco de la opinión pública con maniobras de distracción.

Tales maniobras consisten en crear -artificialmente- dudas, controversias, tergiversaciones, sesgos, estados de opinión, tácticas obstruccionistas y dilatorias, y confusión (por ej. criticando temas serios, junto a otros de carácter conspiranoico o ridículos, para que parezcan lo mismo); y en base a ello, promueven ataques, acciones de descrédito, reuniones en altas esferas (para fomentar sus intereses manipulando los datos), y un marketing potente. El objetivo de todo ello es influir en los estados de opinión y en las políticas de una amplia diversidad de áreas (sanitaria, judicial, legislativa, periodística, política, social…).

El modo es creando o apoyando (con donaciones, subvenciones, financiación, difusión, etc.) lobbies (grupos de presión); así como entidades (que cínicamente suelen autoproclamarse como científicas, independientes y/o dedicadas a la medicina ambiental); campañas; medios de comunicación; propaganda; espacios en Internet; sitios en redes sociales; publicidad en los medios: modas; e investigaciones (incluso de la Medicina Basada en la Evidencia) con el fin de conseguir, a corto plazo, diluir la importancia, contenidos y número de los estudios imparciales no favorables a la industria, en proporción con los que presentan intereses de conflicto; y a medio plazo, conseguir adulterar las conclusiones de las revisiones y metaanálisis que se realicen en el futuro [1,2,3,4.5,6].

En este contexto, es fácil atraer, entre otros, a profesionales de la ciencia, periodistas, organismos, famosos y ciudadanos de a pie, empleando un discurso seductor presentado como (supuestamente) serio, científico, mayoritario, y el único posible y sin fisuras. Junto a ello, además, se infunde la idea de que sólo existen dos opciones (o estar a favor, o en contra de tal discurso); y de que en esta dicotomía (que en la verdadera Ciencia no existe), a los que opten por la primera opción serán premiados (con incentivos -4-); y a los segundos (todos los demás: críticos, neutrales, etc.) serán castigados -5-, da igual lo sólidos que sean sus argumentos, su currículum, o que sean expertos en la materia.

En lo que respecta a la SQM, al igual que con otros problemas de salud similares llegará el momento en que todo esto pase. Forma parte de las distintas fases que deben franquear los enfermos de las dolencias cuyo génesis apunta a la industria. Pasarlas significa que se avanza. Mientras tanto, las grandes corporaciones, en vez de responsabilizarse de sus actos e invertir en soluciones para evitar nuevos afectados; lo que hace es mantener una potente maquinaria para ocultar los problemas que provoca, con el fin de mantener su statu quo.

-4- Por ejemplo, en forma de halagos; de difusión de su línea de trabajo; de notoriedad; de mantenimiento o mejora de su estatus profesional y económico; y de participar en un sentimiento de pertenencia a un grupo que lo aprueba por quedarse en la superficie de las consignas sin cuestionarlas.

-5- Por medio de la presión, la intimidación, la censura, los insultos, y la persecución pública con el objetivo de buscar su descrédito y aislamiento profesional (en definitiva, el ostracismo).

11. ¿LA SQM SIGUE CATALOGADA CUANDO LA CLASIFICACIÓN DONDE SE ENCUENTRA ES ACTUALIZADA? ¿Y CUANDO ESTA CLASIFICACIÓN ES SUSTITUIDA POR OTRA?
La sensibilidad química múltiple en la 2ª edición de la clasificación internacional de enfermedades de España (CIE-10-ES. Enero 2018). Fuente: web del Ministerio de Sanidad.
(fecha de la captura de pantalla: 2/11/2018. Autoría: Servicio de Información sobre Sensibilidad Química Múltiple y Salud Ambiental

Sí, sigue clasificada en ambos casos, como viene ocurriendo en todos los países donde una dolencia ha sido clasificada, como es el caso de la SQM en España.

Por ello la nota de prensa de 2016 ya citada explicaba que, desde el 1 de enero de 2016 la CIE-10-ES “es la clasificación de referencia para la codificación clínica y registro de morbilidad en España, sustituyendo a la CIE-9-MC”, y que desde entonces “la SQM se encuentra ya en la CIE-10-ES, y su incorporación automática a futuras actualizaciones está garantizada.”.

12. ¿PUEDE CAMBIARSE EL CÓDIGO CLASIFICATORIO DE UNA DOLENCIA DADO POR UN PAÍS, POR OTRO DISTINTO? (EL CASO DE ESPAÑA)

No. Por eso el código de la SQM en España no ha cambiado ni cambiará, desde que se lo asignara su Ministerio de Sanidad en 2014 -6-.

Lo que sí ha cambiado, desde entonces, es la clasificación de referencia en España: antes del 1 de enero de 2016, era la CIE-9-MC, y a partir de entonces, la CIE-10-ES. Esto varía la forma de expresión de los problemas de salud en España, porque la CIE9-MC los formulaba con códigos numéricos, y la CIE-10-ES con códigos alfanuméricos. En la SQM se refleja así:
  • Código de la SQM en la CIE-9-MC: 995.3
  • Código de la SQM en la CIE-10-ES -7-: T78.40 (que es la transposición del 995.3).
-6- Sólo cambiaría si cuando sea clasificada internacionalmente por la OMS, este organismo le asignara un código distinto (algo que no es previsible en principio).

-7- La CIE-10-ES se encuentra actualmente en su 2ª edición.

13. ¿EN QUÉ SE BASA UN PAÍS PARA CLASIFICAR UNA DOLENCIA EN UN CÓDIGO Y NO EN OTRO?

En lo que haya decidido la mayoría de los países que ya la tengan clasificada -8-.

En el caso de la SQM, la casi totalidad de los estados sigue a Alemania. En general, por dos razones: porque fue el primer país que clasificó el problema; y porque el código -o la sección- que le asignó es probable que sea el que le otorgue la OMS cuando haga lo propio con esta enfermedad -9-. También inclina la balanza en este tema la influencia que tienen los países de habla alemana entre ellos; la que tienen los países europeos entre ellos; y la que tiene Alemania a nivel europeo e internacional, en múltiples áreas.

-8- Se entiende que estamos hablando de los países con un sistema de salud cuya clasificación de referencia sea una variante de la de la OMS similar entre sí (que son la generalidad).

-9- Esta posibilidad vendría dada porque la clasificación alemana la establece y publica el DIMDI (Deutsche Institut für Medizinische Dokumentation und Information) en nombre del Ministerio Federal de Salud de Alemania. Hay que decir que el DIMDI guarda una estrecha cooperación con la OMS en el mantenimiento de la clasificación de este organismo de las Naciones Unidas; participa regularmente en las reuniones anuales de los Centros Colaboradores de la OMS, desde 1997; y oficialmente es Centro Colaborador de la OMS, desde 2003 (más sobre el DIMDI pinchando aquí). Sabiendo esto, es factible pensar que el código para la SQM asignado por Alemania fuera una decisión conjunta entre el DIMDI y la OMS; y que por ello, en el futuro, la OMS le dará la misma catalogación cuando la clasifique a nivel internacional. Desde el Servicio de Información sobre Sensibilidad Química Múltiple y Salud Ambiental (SISS) también pensamos en otra posibilidad: que el DIMDI y la OMS vieran la necesidad de crear un código para la SQM, pero que como esto sólo puede hacerlo la OMS, acordaran asignarle -de momento-, el más cercano -jerárquicamente- de los ya existentes en la sección donde la OMS manifestó su intención de crear el nuevo, cuando lo estime oportuno. Conociendo la naturaleza de las clasificaciones internacionales de enfermedades (tanto sus posibilidades, como sus límites); y si observamos la sección en que se encuentra el código de la SQM, la hipótesis es factible.

14. ¿LA INCORPORACIÓN DE UNA DOLENCIA A LA CLASIFICACIÓN DE UN PAÍS SUPONE ALGÚN TIPO DE RECONOCIMIENTO DE ESTA POR SU PARTE?

Sí.

De forma implícita, el país reconoce lo que hemos explicado en el punto 9. A continuación clasificaremos lo allí dicho, dentro de las acepciones del diccionario de la RAE al término "reconocer" que son apropiadas:
  • En el sentido de “establecer la identidad de algo o de alguien”, “admitir como cierto algo”, y “admitir o aceptar que alguien o algo tiene determinada cualidad o condición” (RAE), si un país incluye una dolencia en su clasificación de enfermedades es porque reconoce su existencia; que es una enfermedad; y, por el código asignado, el tipo de problema que es (en el caso de la SQM, una dolencia orgánica, por lo que se descarta el supuesto origen psicológico o psiquiátrico pretendido por algunos medios poco analíticos, influidos por grupos intoxicadores).
  • En el sentido de “admitir o aceptar algo como legítimo” (RAE), la intención de un país de incluir una dolencia en su clasificación supone que reconoce su necesidad de que fuera codificada; su inclusión en el sistema sanitario del estado; y derivado de esto último, su acceso a los derechos básicos que tiene cualquier enfermedad y la protección a sus enfermos.
Además, España manifestó, explícitamente, que su intención y objeto del proceso de incorporación de la SQM a su clasificación era su reconocimiento. Así lo expresó, desde el Congreso de los Diputados, el 4 de diciembre de 2014 (BOCG Congreso. 11 febrero 2015, pág. 487):
"La Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso de los Diputados aprobó, el 11 de junio de 2014, la Proposición no de Ley, presentada por el Grupo Parlamentario Popular, relativa a la inclusión de la Sensibilidad Química Múltiple (SQM) en la Clasificación Internacional de Enfermedades que buscaba dotar a esta enfermedad del mismo grado de reconocimiento del que goza en otros países".
Asimismo, "la PNL [proposición no de ley] señala que su finalidad es ‘dar un reconocimiento a esta enfermedad física asociada a la exposición a sustancias químicas tóxicas y facilitar de este modo el manejo clínico y jurídico de la misma’ para permitir a sus afectados ‘disfrutar de los derechos básicos en materia de salud, asistencia y demás derechos derivados reconocidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por las Cartas Magnas de todos los países democráticos’." (nota de prensa de 2014).

En cualquier caso, no en vano el Parlamento de Australia del Sur declaró, en 2005, que cuando Alemania clasificó la SQM “se convirtió en el único país en catalogar y reconocer la SQM como una enfermedad”.

15. ¿LA SQM ES UNA ENFERMEDAD ORGÁNICA?

Sí, ya lo adelantamos en los puntos 9 y 14. El código asignado por el Ministerio de Sanidad de España expresa que es una enfermedad orgánica. Y también lo expresan los códigos de TODOS los países cuyos sistemas sanitarios, etc. han reconocido la SQM oficialmente. Por tanto, la supuesta controversia o debate sobre una etiología de otro tipo es artificial y está zanjado. No hay más que decir.

Recomendamos la lectura del siguiente manual de iniciación a la SQM (con información y más de 100 investigaciones sobre esta enfermedad); y del siguiente informe sobre los países que han clasificado la SQM (basado en un inestimable trabajo de campo que cuenta con un interesante anexo de documentación). Ambos documentos se encuentran respaldados por numerosas fuentes.

16. ¿LA SQM ES UNA ALERGIA?

No, aunque la mayoría de los países que la han clasificado de momento (incluida España) lo hayan hecho con el código T78.40, que corresponde a “alergia no especificada”. Esta asignación no es adecuada. Sin embargo, si se analiza el contexto en que se estableció (que abarca, también, las circunstancias que se expusieron en el punto 13) esta apreciación, y su importancia, se tornan relativas.

El contexto se compone de tres factores.

El primero, es respecto a la OMS. No es infrecuente que este organismo internacional catalogue problemas de salud con un código, una categoría, y/o una denominación no ajustados a sus naturalezas (o no del todo); e incluso que mantenga el desacierto a lo largo de los años, o lo sustituya por otro -10-. Por tanto, no debe extrañar que cuando son los países los que catalogan una enfermedad, ocurran situaciones similares.

Un segundo factor a tener en cuenta es que, las clasificaciones, son algo vivo; y como consecuencia, tienen una necesidad constante de ser mejoradas.

A consecuencia de los dos factores anteriores, las clasificaciones van actualizándose, e incluso cambiando.

Por último, el tercer factor tiene que ver con la estructura jerárquica de la que depende el código de la SQM: si es analizada se observará que no induce a confusión sobre la naturaleza de esta enfermedad. De hecho, ya en el preámbulo del capítulo donde se encuentra explica lo siguiente:
“El capítulo [“S00-T98”] utiliza la sección S para codificar diferentes tipos de lesiones relacionadas con regiones corporales individuales y la sección T para cubrir las lesiones de regiones anatómicas no especificadas, así como los envenenamientos y ciertas consecuencias de las causas externas.”
Tras este inicio, la jerarquía clasificatoria donde se encuentra la SQM se acerca a su etiología (excepto al final):
Cap.19 Lesiones traumáticas, envenenamientos y otras consecuencias de causas externas (S00-T88)
->T07-T88 Lesiones traumáticas, envenenamientos y otras consecuencias de causas externas
-->T66-T78 Otros efectos y los no especificados de causas externas
--->T78 Efectos adversos, no clasificados bajo otro concepto
---->T78.4 Otros tipo de alergia y los no especificados
----->T78.40 Alergia no especificada
Una vez expuesto todo esto se entenderá la relatividad de la que hablábamos al inicio de este apartado. Por tanto, el código asignado a la SQM no debe desviar la atención, ni ensombrecer -11- lo realmente útil para esta enfermedad, que es: lo que se ha conseguido, lo que se está consiguiendo, y lo que se puede llegar a conseguir, gracias a su clasificación (como vimos en el punto 9). Más si cabe cuando el problema terminológico puede ser fácilmente solucionable, por parte del médico, si junto al código añade el término "sensibilidad química múltiple" para aclarar a qué se está refiriendo.

En definitiva, si bien lo deseable sería, desde luego, que la mera visualización del código de la SQM fuera suficiente para poder conocer su naturaleza; el asunto no debe preocupar extraordinariamente.

De hecho, por motivos prácticos, el afectado de SQM puede volver a su favor este malentendido, si alguien le pregunta por ello, indicando que “la SQM es parecida a una alergia, pero a los químicos”, sin dar más explicaciones. Así, los interlocutores entenderán clara y rápidamente el problema, sin abrumarlos, y sin tener que entrar en complejidades que no les conciernen (y que además, cansan a quien las explica; pero no siempre redundan en una mejor comprensión de la SQM a quien las escucha, sino todo lo contrario).

Como la SQM, en sus manifestaciones, puede parecer una alergia a quien no la conozca -y ya hemos explicado que las razones por las que la mayoría de los países la han clasificado donde lo han hecho, es por razones fundamentadas, independientemente de que gusten más, o gusten menos-, el hecho de dar una explicación breve y sencilla sobre ella, que además ayude a establecer similitudes con una enfermedad conocida, hará más fácil que sea entendida.

Sólo en el caso de que el oyente tenga interés por la SQM, será útil ampliar la narración con las explicaciones y aclaraciones que sean oportunas (por ej., indicando que la SQM afecta principalmente al sistema nervioso central, es multisistémica, consta de cuatro grados, en cuál de ellos se encuentra quien le habla -si la padece-, etc.).

-10- Dos ejemplos de enfermedades a los que la OMS ha generado problemas clasificatorios (y que, por ello, todos los países han lastrado o siguen lastrando) son la fibromialgia -FM- y el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica -SFC/EM- (ver un análisis de ellos pinchando aquí).

-11- Por los mismos motivos, tampoco debe preocupar demasiado en el caso de otros problemas de salud ya clasificados que presenten algún problema al respecto. Cuando sí sería grave es cuando un aspecto personal se clasificara de enfermedad (como en su día se hizo con la homosexualidad, por prejuicios sociales e intereses económicos); o cuando un problema físico se clasificara de mental.

17. ¿EL RECONOCIMIENTO DE LA SQM DEBE PUBLICARSE EN EL BOE, O EN UNA NORMATIVA, PARA SER OFICIAL?

No. Pongamos un ejemplo comparativo: ¿para la gripe hubo que hacerlo?

La única manera de que un sistema sanitario reconozca un problema de salud es que sea introducido en la clasificación internacional de enfermedades de ese país, o de la OMS, por medio de la asignación de un código.

18. ¿QUÉ HACER SI QUIERO DIFUNDIR LA SQM? (RECOMENDACIONES Y LECTURAS IMPRESCINDIBLES)

Ante todo se debe aceptar que la buena voluntad o el interés por actuar no bastan, sobre todo si la intención es hacerlo cara al público. Lo primero es autoevaluarse con honestidad sobre cuáles son las capacidades y carencias que se tienen (para saber qué podríamos aportar y qué no); adquirir o mejorar destrezas básicas necesarias (como la capacidad analítica, la comprensión lectora y oral, y la expresión verbal y escrita eficiente y sin errores gramaticales); y formarse (con fuentes serias, asimilando lo estudiado, y actualizándose de forma continuada). Suele llevar años, porque las prisas no ayudan, y hay que tomárselo en serio. No hacerlo supondría un perjuicio, no sólo para la credibilidad de uno mismo, sino para el de todo el colectivo de enfermos de SQM. Se debe ser consciente de ello.

Para traspasar estos problemas, desde el SISS deseamos facilitar que cualquiera pueda conocer, y dar a conocer, la SQM, de forma rigurosa, pero a la vez cómoda, rápida y sin tener que adquirir un conocimiento previo sobre la enfermedad. Por ello, a continuación brindamos varios enlaces que son de imprescindible lectura y difusión para tal fin -12-. Los siete primeros, contienen información teórica para su lectura; y el último, información práctica para utilizar, o pedir que sea utilizada, donde sea necesario.

Todos ellos son documentos rigurosos, cuyos contenidos se encuentran respaldados por numerosas fuentes:
1. Manual de iniciación a la SQM (pdf).
2. Países cuyos sistemas sanitarios reconocen la SQM en su clasificación, incluida España (pdf).
3. Códigos de diagnóstico para la SQM, el SFC y la FM (pdfs).
4. Tríptico sobre la SQM (pdf).
5. Resolución del Parlamento Europeo sobre los problemas de salud medioambiental, que nombra a la SQM (texto).
6. Nota de prensa de 2014 sobre el reconocimiento de la SQM en España (texto).
7. Nota de prensa de 2016 sobre el reconocimiento de la SQM en España (texto).
8. Protocolos para la SQM: para hospitales, para individuos, etc. (pdfs).
-12- Con su distribución contribuirás a propagar un conocimiento serio y completo de la SQM en la sociedad (Internet, conocidos, médicos, medios…). No en vano, de este modo darás la oportunidad a sus destinatarios a que puedan, a su vez, reenviar los enlaces a otras personas; descargarse sus pdfs para formarse; y, en el futuro, descargárselos de nuevo, si más adelante esos documentos tuvieran que ser actualizados por el SISS (pues tendrán los enlaces originales para poder hacerlo).

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29 septiembre 2018

PARA EDIFICIOS CON CALEFACCIÓN CENTRAL: encontramos un repartidor de costes sin radiofrecuencias apto para personas con electrosensibilidad y quienes no deseen aumentar la contaminación electromagnética de su entorno

El repartidor de costes que no emite radiofrecuencias
es el único repartidor saludable

En los últimos años, cada vez más edificios con calefacción central han instalado repartidores de costes -1- y válvulas termostáticas -2- en sus radiadores. Es lo que exige la Directiva 2012/27/UE para las fincas que cuenten con una fuente central de calor, aunque España lleve años retrasando su transposición.

Por ello, la Comisión Europea la emplazó a finales de 2017 a subsanar la demora cuanto antes. Una demora que es considerable teniendo en cuenta que la directiva había dado de plazo a los países para hacerlo hasta el 31 de diciembre de 2016 (Directiva 2012/27/UE, pág. 18) -3-.

La obligatoriedad de su instalación lleva a plantearse que cuanto antes se coloquen mejor -4-, no sólo por el ahorro que supondrán para las fincas, los vecinos y el medio ambiente (tanto en la factura, como en el despilfarro de energía); sino porque su colocación será más barata ahora que cuando el gobierno fuerce a ello marcando un plazo límite para hacerlo (momento en que es previsible que las empresas instaladoras subirán el precio a causa de la subida de la demanda). Hay que tener en cuenta que la instalación y el desembolso económico corren a cargo de las comunidades de vecinos.


¿POR QUÉ PREFERIR DISPOSITIVOS QUE NO EMITAN RADIOFRECUENCIAS?

Por tu salud y la de todos. Porque una cosa es que los seres vivos toleremos las radiaciones naturales (gracias a nuestra interacción natural con el planeta durante miles de años); y otra es que podamos hacerlo sin consecuencias al cóctel químico y electromagnético sintético, inconmensurable, que hemos creado en sólo un siglo y medio, y que ha ido aumentando exponencialmente con el tiempo hasta sobresaturar al planeta y a los que vivimos en él.

Aun pecando de optimistas, la lógica impone su evidencia: aunque pudiéramos adaptarnos a tantas sustancias nuevas y sintéticas, no es posible hacerlo en poco más de un siglo. El organismo tiene una capacidad limitada de adaptación y eliminación que se ve ralentizada y dificultada, cada vez más, por la avalancha de sustancias tóxicas que le llegan durante las 24 horas del día de toda su vida.

Ser consumidor pasivo, ante ello, significa que aceptas poner tu salud y la del planeta en manos de otros. No lo hagas. Exige a las empresas y administraciones soluciones que no contaminen más tu entorno y el de los demás, ni química ni electromagnéticamente.

Y pide a tu comunidad de vecinos (o al propietario de tu vivienda, si eres inquilino), que los repartidores de costes y sistema de funcionamiento asociado que se instalen en tu finca no emitan radiofrecuencias

Como base a tus explicaciones puedes enviarles el siguiente enlace, donde podrán descargarse un dossier sobre la relación entre campos electromagnéticos (CEM) y salud que les será de utilidad. En él, entre otra información se explica que el cuerpo funciona por impulsos bioeléctricos (el corazón, los pulmones, el cerebro, el sistema digestivo, las células…). Por tanto, aunque los CEM no se vean o no se noten interactúan con nuestros cuerpos y con el tiempo sus interferencias pueden ser motivo del inicio o agravamiento de diversas dolencias.

Esto es lo que plantea la necesidad de que, cuantos menos problemas potenciales se sumen a los que ya existen en nuestro entorno que nos hacen proclives a enfermar o a empeorar, mejor.

Y si tu salud y calidad de vida no te importan para decantarte por soluciones inocuas, al menos hazlo por la gente de tu entorno (personas con electrosensibilidad -EHS-, bebés, niños, embarazadas, sujetos inmunodeprimidos y enfermos en general), o incluso por tus mascotas y el planeta.

A continuación te ofrecemos las características y posibilidades del único repartidor de costes que hemos encontrado que no emite radiofrecuencias, tras varios años de indagaciones. Y para finalizar aportaremos los datos de la empresa que lo comercializa en España (donde tiene numerosas sucursales) y en otros países como Portugal.


UN REPARTIDOR DE COSTES QUE NO EMITE RADIOFRECUENCIAS

¿REALMENTE NO EMITE RADIOFRECUENCIAS?.- No, nada. La empresa nos dio grandes facilidades para que pudiéramos comprobar este punto por nosotros mismos, así que una compañera con electrosensibilidad, muy conocedora de estos temas (Yolanda Barbazán), nos hizo el favor de realizar las mediciones oportunas para nosotros. Las hizo, además, en diferentes fechas y a lo largo de varios meses. No encontró emisión alguna.

CARACTERÍSTICAS.- Tiene las de cualquier repartidor de costes (instalación fácil, rápida y sin obras; medición del consumo de cada radiador; y emisión de recibos donde se detallan las lecturas individuales); pero además, la empresa es flexible y ofrece soluciones personalizadas y facilidades a quienes opten por los repartidores sin radiofrecuencias. Las detallamos a continuación:
  • LECTURAS:
  • o QUIÉN LAS REALIZA: las puede dar el cliente si quiere.
    o CÓMO: de la manera que mejor vean él y la empresa (por teléfono, por correo electrónico…). Las lecturas aparecen en la pantalla digital de los repartidores. Aconsejamos enviarlas por correo electrónico, el mismo día todos los vecinos, dándolas siempre en el mismo orden (a partir de la puerta de la calle hacia dentro, apuntando la lectura de cada radiador a partir de la pared de la izquierda), y acompañarlas de una foto de cada lectura.
  • COSTE: el mismo que un dispositivo inalámbrico.
  • ¿ADEMÁS DE PARA INSTALACIONES EN COLUMNA TAMBIÉN PODRÍA SERVIR PARA INSTALACIONES EN ANILLO? Sería posible -5-.
  • ¿ES COMPATIBLE CON UNA RED VÍA RADIO? Sí. Por tanto, si hubiera desacuerdo vecinal para la instalación de un sistema sin radiofrecuencias para toda la finca (que es lo ideal), la modalidad sin radiofrecuencias (para los vecinos que opten por ella) podría convivir con la modalidad vía radio (para quien la desee). Esta última, además, es ofrecida bajo una fórmula menos dañina para alguien con electrosensibilidad que otras vistas en el mercado. La explicamos a continuación.

EL SISTEMA VÍA RADIO MENOS DAÑINO

Aunque emite radiofrecuencias se trata de un sistema más honesto y garante de la salud que otros por radio analizados. Los motivos son los siguientes:
  • TIPO DE REPARTIDOR: es de vía radio abierto. Por tanto, si la comunidad de vecinos quiere cambiar de empresa en el futuro no tendrá que sustituir sus dispositivos de lectura, una facilidad que no suelen dar otras empresas.
  • NO NECESITA REPETIDOR Y/O CENTRALITA EN EL EDIFICIO: hay que tener en cuenta que estos aparatos recopilan y envían datos continuamente, por lo que pueden emitir cada pocos minutos, un dato que las empresas se resisten a dar cuando se les pregunta, es ocultado bajo una capa de marketing, o varía según quien nos atienda. Tal desinformación es inaceptable.
  • FORMA DE FUNCIONAMIENTO:
  • o SISTEMA DE RADIO: vía presencial.
    o MOMENTO EN QUE EMITE: de 3 a 6 veces al año, según lo que desee la comunidad de vecinos.
    o CUÁNDO: en invierno (de noviembre a mayo, normalmente; una vez cada 2-3 meses).
    o DURACIÓN: el tiempo que el operario permanezca en la finca, con su lector de repartidores encendido. Para hacerte una idea pondremos un ejemplo: para un edificio de 20 puertas, distribuidas en 4 plantas, una media hora en cada visita.
    o CÓMO: el operario toma las lecturas desde fuera de las viviendas.
    o COMUNICACIONES: la empresa puede avisar del día de la lectura, con antelación, por correo electrónico.
  • FACILIDADES PARA LAS PERSONAS CON EHS: si lo solicitan, pueden ser avisadas del día y hora de inicio y finalización aproximado de las lecturas para darles tiempo a tomar las medidas de protección que estimen oportunas, mientras sean llevadas a cabo. Este servicio no tiene coste alguno.

EMPRESA COMERCIALIZADORA

CENTRAL

NOMBRE.- Gomez Group Metering (Gómez Contadores hasta 2017).

SERVICIOS (aquí sólo indicamos lo referente a los repartidores de costes).- Venta, instalación y mantenimiento de los dispositivos; medición del consumo; y expedición de recibos con las lecturas.

PERSONA DE CONTACTO.- Ana Hernández - 656 876 681 (atención comercial).
(comprometida, amable y conoce la problemática de las personas con electrosensibilidad a través de la autora del SISS. Por tanto, no es necesario invertir tiempo en informarla sobre ello).

HORARIO DE ATENCIÓN TELEFÓNICA.- Inviernos (sept.-junio) -> lunes a jueves 9:00-18:00 h. y viernes 9:00-14:00 h.; veranos (julio-agosto) -> lunes a jueves 8:00-15:00 h. y viernes 8:00-13:30 h.


DELEGACIONES

Ver sus datos de contacto pinchando aquí.

DELEGACIONES EN ESPAÑA (por comunidades autónomas):

Para Andalucía → delegación de Granada.
Para Aragón → delegación de Zaragoza.
Para Asturias → delegación de Oviedo.
Para Cantabria → delegación de Oviedo.
Para Castilla-La Mancha → central en Madrid - En Albacete: delegación de Albacete.
Para Castilla-León → en Soria y Burgos: delegación de Burgos - En León: delegación de Oviedo - en Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora: delegación de Valladolid.
Para Cataluña → delegación de Zaragoza.
Para Comunidad de Madrid → central en Madrid.
Para Comunidad Valenciana → central en Madrid.
Para Extremadura → central en Madrid.
Para Galicia → delegación de Ourense-Orense.
Para Islas Baleares → delegaciones de Palma de Mallorca y Zaragoza.
Para La Rioja → en Logroño: delegación de Ansoáin.
Para Navarra → delegación de Ansoáin.
Para País Vasco → delegación de San Sebastián - En Vitoria: delegación de Vitoria - En Bizkaia-Vizcaya: delegación de Bilbao.

ZONAS SIN DELEGACIÓN (según la web de la empresa):

Ávila (provincia), en Castilla-León.
Canarias, Islas.
Ceuta.
Melilla.
Murcia, Región de.
Rioja, La (excepto Logroño).
Segovia (provincia), en Castilla-León.

Nota: dado que no siempre es posible mantener actualizados los datos de las webs de las empresas, en este caso es recomendable que, si vives en un lugar que su página indica que no cubre, este sitio se encuentra en una zona climática donde deben ponerse repartidores, tu edificio tiene calefacción central, y te interesa un sistema de eficiencia energética sin radiofrecuencias, llames a la persona de contacto que hemos indicado para que pueda comprobar si tienen delegación en tu localidad, o pudieran estar valorando poner una.

DELEGACIONES FUERA DE ESPAÑA:

Para Portugal → delegación de Ourense-Orense (España).
Para Alemania → ¿? (aquí instalan vaporímetros porque es lo que requiere este país).


NOTAS

-1- Repartidores de costes.- También llamados calorímetros. Son dispositivos que tienen como objetivo medir el consumo térmico que genera cada vivienda para que en cada una se pague en función de lo que gaste (no una cantidad fija a lo largo del año, a través de los gastos de comunidad, dependiendo de su coeficiente, o sea, de los metros cuadrados que tenga la vivienda). Las características de los repartidores son las siguientes:
  • Utilidad: computan el consumo de cada vivienda, de forma individualizada.
  • Instalación: se pone un repartidor de costes por radiador.
  • Complementos: cada uno se acompaña de una válvula termostática, y opcionalmente de un detentor (el detentor es una válvula que regula la entrada y salida de agua del radiador, lo que permite cerrarlo para arreglarlo o cambiarlo de sitio sin tener que vaciar el circuito. Se coloca en el extremo inferior del radiador).
  • Gastos de instalación: el usuario paga los dispositivos que se pongan en su vivienda y su instalación.
  • Gastos de calefacción: el usuario paga por la calefacción que consuma, y la parte proporcional de los gastos comunes de la calefacción comunitaria (mantenimiento, consumo eléctrico, consumo de los radiadores de los pasillos comunitarios de la finca…).
-2- Válvulas termostáticas.- Sirven para encender, apagar o regular la temperatura en cada radiador, según las necesidades del usuario. Su cabezal puede ser mecánico (que es el que nosotros hemos comprobado que no emite ningún campo electromagnético), electrónico, o regulable a distancia.

-3- Pinchar aquí para ver información sobre ello; y sobre la campaña de firmas que el Servicio de Información sobre Sensibilidad Química Múltiple y Salud Ambiental (SISS) realizó en mayo de 2018, dirigida al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital (actual Ministerio de Industria, Comercio y Turismo), por el proyecto de Real Decreto que este redactó sobre tal asunto (aunque tras el cambio de gobierno en esas fechas, quedara, al menos de momento, paralizado).

-4- Zonas climáticas exceptuadas.- Por falta de rentabilidad económica, quedarían exceptuadas de la obligación de instalar sistemas de contabilización individualizada de calefacción las zonas climáticas α, A y B, definidas en la Parte II del Código Técnico de la Edificación aprobado en el Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, a menos que se modifique con posterioridad. Las zonas que comprenden son las siguientes:
  • Zona climática A: Cádiz, Huelva, Málaga y Melilla.
  • Zona climática B: Alicante, Almería, Castellón, Ceuta, Córdoba, Murcia, Palma de Mallorca, Sevilla, Tarragona y Valencia.
  • Zona climática α: Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.
-5- Contadores individuales.- Existen dos tipos de instalación de calefacción central (o comunitaria):
  • La instalación “en columna” (habitual en edificios anteriores a 1997), en la que las viviendas de la finca comparten el circuito de calefacción, por lo que cada debe instalar un repartidor de costes y una válvula termostática en cada radiador; y
  • La instalación “en anillo” (habitual en edificios posteriores a 1997), en la que cada vivienda tiene su circuito de calefacción independiente, y este se conecta con el circuito general del edificio. Por tanto, lo que habría que instalar es un contador de calor por vivienda (también llamados contadores de energía, contadores de calorías, contadores de calefacción o contadores de consumo individuales). Sin embargo, nos comenta la empresa que, para quienes deseen un sistema sin radiofrecuencia podrían poner el repartidor de costes objeto de esta entrada (uno por radiador), junto a su correspondiente válvula termostática.
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11 septiembre 2018

PRODUCTOS PERFUMADOS, SALUD Y SQM: artículo de la Dra. Claudia Miller (Hoffman TILT Program. 2018)


Tóxicos cotidianos

NADA DE PERFUMES
[título original: Total Non-scents]

Dra. Claudia Miller [a]

Traducción del inglés: María José Moya Villén


Durante las Navidades, millones de nosotros habremos recibido frascos de perfume, de loción para después del afeitado y de geles de ducha perfumados. Y muchos los habremos dejado sin abrir, incapaces de tocar las fragancias artificiales que para una minoría susceptible y considerable representan una agresión a nuestros sentidos.

Y es que no reaccionamos exactamente a un olor que no nos agrada. Los perfumes son, en diversos grados, tóxicos -1- y de hecho son uno de los mayores desencadenantes de irritabilidad, confusión mental, y dificultad para la concentración o el aprendizaje. A fin de cuentas, están intencionadamente diseñados para afectar al sistema límbico: están pensados para mejorar nuestro estado de ánimo, relajarnos, hacernos más atractivos para los que nos rodean; y una industria multimillonaria hace pensar que estamos convencidos de ello literalmente.

El sistema límbico incluye el hipocampo, que rige la memoria a corto plazo, y la amígdala, esa parte ancestral reptiliana de nuestro cerebro que es responsable de nuestro estado de ánimo. También acciona la famosa respuesta de pelea o huye que ayudó a nuestros antepasados cazadores-recolectores aunque sea menos útil para las personas susceptibles que deambulan por la planta de perfumes del centro comercial. O recorren el pasillo del colegio.

Las fragancias sintéticas se usan hoy día en espacios públicos cerrados con poco control y creciente frecuencia. En los últimos años, se ha vuelto popular enmascarar olores desagradables añadiendo olores adicionales como el de velas, palitos difusores [b] y aerosoles. [Mientras que] los dispensadores de perfume automáticos están surgiendo por todas partes: en oficinas, bancos, aeropuertos y colegios.

En el hogar, la gente usa productos perfumados para la colada, hojas para la secadora (que invariablemente son tóxicas), y lleva su ropa a tintorerías que a menudo usan químicos peligrosos (tradicionalmente las tintorerías son los mayores consumidores de percloroetileno o PERC, un solvente orgánico de conocida toxicidad humana).

Estos especialmente causan problemas a las personas sensibles porque [sus restos químicos] van pegados a la "zona de respiración" del sujeto. Además, es extraordinariamente corriente encontrar estos olores en los ascensores, el transporte público y en los taxis (esos arbolitos que cuelgan del espejo retrovisor).

Prácticamente no hay escapatoria. Los productos comercializados para los lactantes a menudo contienen fragancias. Las fragancias utilizadas por los padres o los cuidadores pueden afectar a la salud y al comportamiento de un párvulo. Y en los colegios las fragancias de los productos de limpieza pueden afectar a la capacidad de un niño para aprender. Los niños con alergias, asma y TDAH son particularmente vulnerables.

¿Cómo minimizar nuestras exposiciones? Se empieza por la educación.

Aquí en nuestra escuela de medicina, a menudo comunicamos y realizamos reuniones sin fragancias, enseñando a nuestra propia facultad de Ciencias de la Salud y a los estudiantes los problemas que las fragancias crean a muchas personas. De este modo, esperamos que aprenderán a minimizar su uso cerca de los pacientes además de en sus vidas personales.

Los niños químicamente afectados y sus padres deben tomar conciencia de sus síntomas e identificar, lo mejor que puedan, los desencadenantes concretos. Estos pueden abarcar las fragancias que utiliza un profesor o un compañero de estudios, los olores de los productos químicos de la limpieza, incluidos los llamados "ambientadores" y los desinfectantes fenólicos -2-, además de los materiales artísticos como las pinturas y las colas, la nueva construcción, o las moquetas. Estas exposiciones tienen cualidades útiles de advertencia; es decir, sus olores [c] alertan al individuo sensible de la presencia de estas moléculas de fragancia en el aire (aunque haya una lamentable excepción: las personas que carecen de sentido del olfato, o son anósmicas -3-).

Quienes estén interesados pueden realizar nuestro cuestionario validado y publicado, el QEESI. Se trata de una herramienta potente para pacientes y padres para llevar a sus médicos. La revolución empieza con la toma de conciencia, y ya ha empezado.

Fuente: Hoffman TILT Program (09/01/2018)

……………….

NOTAS EN EL ARTÍCULO

-1- Véase el estudio de la profesora Anne Steinemann sobre una selección de bienes de consumo perfumados, que mostró que los productos evaluados emitían más de 100 compuestos orgánicos volátiles (VOC), incluidos algunos clasificados por la ley federal como tóxicos o peligrosos.

-2- Los desinfectantes fenólicos son limpiadores cuyos nombres comerciales terminan con el sufijo "-ol", como Lysol o Pine-Sol [d].

-3- Las personas con intolerancia química que son anósmicas tienen dificultades a menudo para asociar sus síntomas, como el asma o los dolores de cabeza, con exposiciones concretas. La anosmia puede ser causada por irritantes, alérgenos, rinitis alérgica crónica, pólipos nasales, un resfriado, o exposiciones químicas que causan inflamación e hinchazón en el interior de la nariz, lo que bloquea los receptores del olfato en la parte superior de esta.

NOTAS DEL SISS

[a] Claudia Miller: es médico, con formación en Inmunología/Alergia y Medicina Interna, licenciada en Biología molecular, profesora de Medicina Ambiental y Ocupacional, vicepresidenta del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (UTHSCSA), y autora y coautora de numerosos capítulos de libros y publicaciones revisadas por pares sobre los efectos en la salud de las exposiciones químicas de bajo nivel. Currículum ampliado aquí.

[b] Palitos difusores: popularmente llamados difusores, ambientadores o varillas Mikado; y ambientadores en sticks o varillas.

[c] Tipos de exposición: el artículo de la Dra. Miller tiene carácter divulgativo y didáctico por lo que ofrece una visión general y breve de la problemática de los tóxicos cotidianos y de su perjuicio para la salud de todos y de las personas con sensibilidad química múltiple (SQM). Por tanto, no entra en complejidades. No obstante, puntualizamos que, como es obvio, no sólo hay tóxicos con olor, sino también sin él. Y en este último caso, el afectado de SQM sólo se percatará del problema cuando le cree síntomas pero sea demasiado tarde para su salud alejarse del foco. Pongamos un ejemplo: si a un alérgico a los cacahuetes se le pone esta legumbre en un postre y se le dice que no la contiene, el individuo no evitará su consumo. Esto, le acarreará consecuencias.

[d] Lysol y Pine-Sol: son dos marcas comerciales estadounidenses de productos de limpieza y desinfección.

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