Elemento “decorativo” ubicado encima del faro situado a pocos metros del Hospital Clínico (Fundación Jiménez Díaz) de Madrid
3) VOZ EN OFF:
=>(Voz en off) “Una corriente de inquietud recorre España y casos como el de Carla y Laura aparecen en diferentes lugares. Enfermedades y síntomas extraños en un grado excesivo, y que los vecinos asocian a la proximidad de antenas de telefonía móvil, cables de alta tensión, o transformadores eléctricos” [03:07 – 03:29].
=>(Voz en off. Imágenes de tendidos eléctricos): “Estos cables transportan la corriente eléctrica, y se supone que la electricidad circula sólo por dentro de ellos. Pero no es así. También por fuera se crea un campo electromagnético capaz de encender un tubo fluorescente sin ni siquiera tocarlo” [07:46 – 08:00]. (Imágenes de antenas de telefonía móvil) “Estas antenas han poblado miles de azoteas en todo el mundo. Para poder funcionar transmiten unas señales que llevan asociado un campo electromagnético, y de estas radiaciones se sospecha -desde hace varias décadas- que pueden afectar a los seres humanos” [08:01 - 08:20].
=>(Voz en off) “Mientras en distintas ciudades se han empezado a desmantelar tendidos y a enterrarlos, en muchos otros lugares los vecinos han salido a la calle para oponerse a la instalación de torres como estas. España es el país más retrasado de la Unión Europea en el soterramiento de la alta tensión. Sólo un 30% de los cables circulan por el subsuelo, frente al 65% de los restantes países de Europa” [26:35 - 26:57].
=>(Voz en off) “Otras ondas -junto a las emisiones de TV y radio- han colonizado lo que en términos físicos se conoce como ‘espectro’: el aire. En España existen actualmente más de 26 millones de usuarios de telefonía móvil. El desarrollo de este sector no sólo ha sido imparable (…) Para ofrecer la máxima cobertura las operadoras han ocupado miles de azoteas. En un mercado altamente liberalizado cada compañía quiere tener su propia red, sin depender de la de la competencia. Su proliferación ha sido tal, que en septiembre de 2001 el gobierno aprobó un Real Decreto para regular su instalación y establecer también unas distancias de seguridad. (…). Pero sus efectos no deben ser tan inofensivos cuando el propio Real Decreto recomienda que las antenas no estén en las cercanías de colegios y hospitales” [26:58 – 28:31].
=>(Voz en off) “El cerebro es un órgano eléctrico. Cada estado de conciencia se corresponde con una frecuencia de radiación. Cuanto más alta, más despierto, más alerta, más estrés. Estas ondas se pueden leer ya con aparatos de bio feed-back como este. Una investigación del 94 demostró que campos electromagnéticos extremadamente bajos podían modificar diversas funciones del cerebro, y que este es sensible a estas radiaciones. Esto podría explicar las cefaleas, el insomnio, la hiperactividad, o el cansancio. Para las empresas eléctricas, el temor que se ha extendido es infundado” [34:00 – 34:36].
=>(Voz en off) “El propio Real Decreto señala, de manera particular ‘las estaciones radioeléctricas deben minimizar, en la medida de lo posible los niveles de radiación en espacios sensibles, como escuelas, centros de salud, hospitales o parques públicos’” [45:07 – 45:23].
=>El documental acaba del siguiente modo: (Voz en off) “Quizás porque no se ven, quizás porque se buscan causas externas a enfermedades como el cáncer, la realidad es que cada día más ciudadanos denuncian que están afectados por los que algunos llaman ya, contaminación electromagnética. Quizás, a contracorriente de la opinión científica dominante, algunos investigadores tengan aún muchas cosas por descubrir. Nadie está en contra de las ventajas que ofrece la electricidad o la sociedad de la información, pero sí contra que este desarrollo se haga al precio del bien más sagrado: la salud” [49:44 – 50:21].
4) PROPUESTA DE SALZBURGO:
Países como Italia o Suecia son mucho más restrictivos en su legislación al respecto que España, colocando la salud por delante del desarrollo tecnológico. En este sentido, en el año 2000 una reunión internacional de expertos celebrada en Salzburgo (Austria) para la regulación de los campos electromagnéticos determinó que los niveles máximos de electromagnetismo que deberían soportar las personas son de hasta 0,01 microwatios / m2. Sin embargo la legislación española permite como legales niveles de hasta 1.000 microwatios / m2, con lo que autoriza dosis casi 5.000 veces más altas.
La razón de las diferencias en los márgenes de seguridad es que mientras unos sólo miden los riesgos térmicos (o sea los que pudiera ocasionar el calor emitido por estas antenas), los otros lo hacen sobre la base de los riesgos biosanitarios derivados de los campos electromagnéticos. El factor básico debe ser de protección a la población, no la protección a las telecomunicaciones [41:47 – 43:11].
De todos modos pese a la magnanimidad legal imperante, Carlota Huidobro, abogada, fundadora y vicepresidenta de la Asociación de Estudios Geobiológicos GEA, anima a los vecinos a defenderse con la ley en la mano: “De cada diez antenas ocho son ilegales porque no han obtenido los permisos necesarios –dijo, animando a comprobarlo a quienes se sientan afectados- y además si un solo vecino de una escalera está en desacuerdo y no da su consentimiento a la colocación en el terrado, su voluntad debe prevalecer legalmente”, asegura.
Fuentes: reportaje televisivo “Contra corriente” (¿2002?) y El Mundo-El Día- Illes Balears (17/02/2002)
=>(Voz en off) “Una corriente de inquietud recorre España y casos como el de Carla y Laura aparecen en diferentes lugares. Enfermedades y síntomas extraños en un grado excesivo, y que los vecinos asocian a la proximidad de antenas de telefonía móvil, cables de alta tensión, o transformadores eléctricos” [03:07 – 03:29].
=>(Voz en off. Imágenes de tendidos eléctricos): “Estos cables transportan la corriente eléctrica, y se supone que la electricidad circula sólo por dentro de ellos. Pero no es así. También por fuera se crea un campo electromagnético capaz de encender un tubo fluorescente sin ni siquiera tocarlo” [07:46 – 08:00]. (Imágenes de antenas de telefonía móvil) “Estas antenas han poblado miles de azoteas en todo el mundo. Para poder funcionar transmiten unas señales que llevan asociado un campo electromagnético, y de estas radiaciones se sospecha -desde hace varias décadas- que pueden afectar a los seres humanos” [08:01 - 08:20].
=>(Voz en off) “Mientras en distintas ciudades se han empezado a desmantelar tendidos y a enterrarlos, en muchos otros lugares los vecinos han salido a la calle para oponerse a la instalación de torres como estas. España es el país más retrasado de la Unión Europea en el soterramiento de la alta tensión. Sólo un 30% de los cables circulan por el subsuelo, frente al 65% de los restantes países de Europa” [26:35 - 26:57].
=>(Voz en off) “Otras ondas -junto a las emisiones de TV y radio- han colonizado lo que en términos físicos se conoce como ‘espectro’: el aire. En España existen actualmente más de 26 millones de usuarios de telefonía móvil. El desarrollo de este sector no sólo ha sido imparable (…) Para ofrecer la máxima cobertura las operadoras han ocupado miles de azoteas. En un mercado altamente liberalizado cada compañía quiere tener su propia red, sin depender de la de la competencia. Su proliferación ha sido tal, que en septiembre de 2001 el gobierno aprobó un Real Decreto para regular su instalación y establecer también unas distancias de seguridad. (…). Pero sus efectos no deben ser tan inofensivos cuando el propio Real Decreto recomienda que las antenas no estén en las cercanías de colegios y hospitales” [26:58 – 28:31].
=>(Voz en off) “El cerebro es un órgano eléctrico. Cada estado de conciencia se corresponde con una frecuencia de radiación. Cuanto más alta, más despierto, más alerta, más estrés. Estas ondas se pueden leer ya con aparatos de bio feed-back como este. Una investigación del 94 demostró que campos electromagnéticos extremadamente bajos podían modificar diversas funciones del cerebro, y que este es sensible a estas radiaciones. Esto podría explicar las cefaleas, el insomnio, la hiperactividad, o el cansancio. Para las empresas eléctricas, el temor que se ha extendido es infundado” [34:00 – 34:36].
=>(Voz en off) “El propio Real Decreto señala, de manera particular ‘las estaciones radioeléctricas deben minimizar, en la medida de lo posible los niveles de radiación en espacios sensibles, como escuelas, centros de salud, hospitales o parques públicos’” [45:07 – 45:23].
=>El documental acaba del siguiente modo: (Voz en off) “Quizás porque no se ven, quizás porque se buscan causas externas a enfermedades como el cáncer, la realidad es que cada día más ciudadanos denuncian que están afectados por los que algunos llaman ya, contaminación electromagnética. Quizás, a contracorriente de la opinión científica dominante, algunos investigadores tengan aún muchas cosas por descubrir. Nadie está en contra de las ventajas que ofrece la electricidad o la sociedad de la información, pero sí contra que este desarrollo se haga al precio del bien más sagrado: la salud” [49:44 – 50:21].
4) PROPUESTA DE SALZBURGO:
Países como Italia o Suecia son mucho más restrictivos en su legislación al respecto que España, colocando la salud por delante del desarrollo tecnológico. En este sentido, en el año 2000 una reunión internacional de expertos celebrada en Salzburgo (Austria) para la regulación de los campos electromagnéticos determinó que los niveles máximos de electromagnetismo que deberían soportar las personas son de hasta 0,01 microwatios / m2. Sin embargo la legislación española permite como legales niveles de hasta 1.000 microwatios / m2, con lo que autoriza dosis casi 5.000 veces más altas.
La razón de las diferencias en los márgenes de seguridad es que mientras unos sólo miden los riesgos térmicos (o sea los que pudiera ocasionar el calor emitido por estas antenas), los otros lo hacen sobre la base de los riesgos biosanitarios derivados de los campos electromagnéticos. El factor básico debe ser de protección a la población, no la protección a las telecomunicaciones [41:47 – 43:11].
De todos modos pese a la magnanimidad legal imperante, Carlota Huidobro, abogada, fundadora y vicepresidenta de la Asociación de Estudios Geobiológicos GEA, anima a los vecinos a defenderse con la ley en la mano: “De cada diez antenas ocho son ilegales porque no han obtenido los permisos necesarios –dijo, animando a comprobarlo a quienes se sientan afectados- y además si un solo vecino de una escalera está en desacuerdo y no da su consentimiento a la colocación en el terrado, su voluntad debe prevalecer legalmente”, asegura.
Fuentes: reportaje televisivo “Contra corriente” (¿2002?) y El Mundo-El Día- Illes Balears (17/02/2002)
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